El delirio de Don King

Don King tiene 81 años de edad y sigue siendo el clown del boxeo. Un clown de cara triste y cuerpo gigantesco, que camina como un paquidermo, que ya no puede erizarse el cabello Âahora blanco más de dos centímetros, pero que aún hace reír. Usa una chaqueta enorme y gastada que pide a gritos que la cuelguen pronto en algún museo. En la tela de jean nevado están estampados su rostro, las barras y las estrellas de la bandera de Estados Unidos, además de frases como Only in America y Rumble in the jungle. La prenda la decoran decenas de piedritas rojas y blancas de bisutería y chapas con la cara de Barack Obama. Las mangas ocultan una pulsera enorme, que uno supone costosísima, y apenas dejan ver tres anillos pesados con incrustaciones de lo que parecieran ser diamantes diminutos. Ese hombre Âque a decir del ex campeón de los pesados Larry Holmes se ve negro, vive como blanco y piensa en verde fue traído a Caracas la semana pasada por empresarios y representantes del Gobierno que prometen revivir la actividad boxística en Venezuela. Pero más que de boxeo, a King le gusta por estos días hablar de política y del jefe del Estado de Venezuela, Hugo Chávez, a quien llama incansablemente my brother, mi hermanou. Para los asistentes a la pre sentación de la iniciativa Viva el Boxeo fue todo un acontecimiento la presencia de King, un personaje que, aunque sobreactúa todo el tiempo, está emparentado con una época brillante de un deporte ahora venido a menos. Lo que no se esperaban quie nes acudieron a la cita en el hotel Meliá Caracas, donde se ofreció la rueda de prensa con King como atracción principal, era que el famoso ex promotor de Muhammad Ali desatara una verborrea con un solo estribillo: ¡Uh! ¡Ah! ¡Chiaaabes no se va¡ Jajajajaja. Lo repitió tantas veces y con tanto histrionismo que no quedó más remedio que acompañarlo en sus carcajadas. Pero después de cada aren ga, King caía en el sopor. Si no hubiera habido periodistas ansiosos por interrogarlo, seguro se habría dormido ante el palabrerío en castellano. Pero las preguntas lo salvaron del sueño y lo ayudaron a hacer su número. Así, a destajo, volvió a contar la historia de cuando en los años setenta vino con Ali a Venezuela y Chávez les hizo...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR