Los demonios del control

Nicolás Maduro debe andar de muy mal humor todos estos días. Quiso bajar la inflación por la fuerza y la inflación no le hizo caso, se burló de él en la cara, quiso maniatar el dólar y el dólar se le fue de las manos, quiso doblegar la escasez y esta continuó impertérrita. La economía parece un niño díscolo que no sigue las prescripciones del mandón. A Maduro le ha pasado lo mismo que a Robert Mugabe cuando, en el año 2007, quiso controlar la inflación por decreto y en pocas horas los precios se multiplicaron. La teo ría de los precios, el concepto de equilibrio o la idea de relación dinámica entre la oferta y la demanda no existen en el inventario mental de Nicolás Maduro, Ricardo Sanguino y todo el extraño liderazgo que hoy domina a Venezuela. El vocabulario económico de la revolución está formado por otro grupo de palabras: controlar, perseguir, sancionar, coaccionar, forzar, imponer, obligar, castigar, intimidar, violentar. Las palabras incentivar, alentar, reforzar, estimular, animar, competir, no existen en su vocabulario.El intento de controlar la economía por decreto y la moralización de los fenómenos económicos no es nuevo. En el siglo XIII, consternado por el aumento y la difusión de la pobreza involuntaria producida por los desajustes materiales y el crecimiento poblacional en la transición a la modernidad, el papa Inocencio IV prohibió el cobro de intereses y relanzó la condena contra la...

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