Derecha o izquierda

De nuevo ante un inacabable discernimiento dilemático que, aún hoy para muchos, tiene vigencia en cuanto a dos mundos posibles, dos filosofías ante la vida que las han pretendido hacer irreconciliables en estos tiempos que transcurren. Cuando ya pensábamos que tales discusiones habían sido clausuradas, porque ahora es posible sintetizar ambas líneas de pensamientos en un instrumento teórico-práctico superador, nos retrotraemos otra vez a una cartografía de disyunción sociopolítica sin justificación aparente. Pero bueno, comencemos por volver a desanudar este asunto, que para tantos se hace deseoso y necesario. Sin rehuir a los planteamientos y sin opacidades al momento de dar sus antecedentes. Digamos entonces que cada etapa de la humanidad tiene su específico vehículo de emancipación. ¿Emanciparnos de qué y cómo? Su sujeto liberador, pues. Lo que se ha dado en llamar la vanguardia. Siem pre ha habido una que otra por ahí. Lo que hay es que saberla ubicar y distinguir, para contextualizar. Con la debida advertencia de que la vanguardia puede llegar a presentarse inasible, difusa, plural. Cuando Marx y Engels determinan en el Manifiesto comunista que el sujeto liberador es la clase obrera, tal vez duda razonable mediante llegó a ser una interpretación correcta en su momento, por cuanto dentro de las clases sociales que estaban en movimiento para la previsible revolución de 1848 la clase trabajadora conformaba el estrato social que padecía las mayores explotaciones. Una pregunta adelantada: ¿tiene sentido insistir con tal posición? Serias sospechas tenemos de que son múltiples los sujetos liberadores que hoy recorren el mundo. A veces identificados y/o diferenciados entre ellos mismos. Cada uno aporta determinadas proporciones teóricas y prácticas para la resolución de problemas en el ámbito de que se trate: ya ideológico como económico. La cosa es resolver rápido y de la mejor manera posible. Estamos en presencia de una vanguardia multifacética, que no se contiene ni se contenta con una específica mirada. Maffesoli lo llama el descen tramiento del sujeto; y nosotros no tenemos la intención de socavar su...

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