El desastre de Iris

Definitivamente el problema de las cárceles venezolanas se le fue de las manos a esta revolución rojita. Quienes alguna vez pensaron que la creación del Ministerio para el Servicio Penitenciario ayudaría a solucionar el caos que existía y que había hecho explosión con los sucesos en la cárcel del Rodeo, en junio del año pasado, no sólo se equivocaron sino que, por desgracia, no tomaron en cuenta que la persona designada para ejercer ese cargo, Iris Varela, desconocía el tema penitenciario. Esto ha quedado demostrado en estos seis meses de mala gestión. El desastre en que Iris Varela ha convertido las cárceles no tiene precedentes en la historia penitenciaria venezolana, que es bastante decir, porque sabemos que desde hace más de 20 años los recintos penitenciarios funcionan muy mal.

Los principios constitucionales que hablan de garantizar la vida de las personas privadas de libertad por el hecho de estar bajo la responsabilidad absoluta del Estado, así como el respeto a los derechos humanos y la reeducación de estas personas para que salgan a la calle a serles útiles a la sociedad son palabras bonitas de nuestra Carta Magna, pero incumplidas en su totalidad. Y eso sin hablar de la descentralización de las cárceles y la obligación de que sean manejados por penitenciaristas profesionales, mandatos a los que la ministra fosforito se ha declarado abiertamente en desacato a pesar de haber sido ella una de las corredactoras de esas normas constitucionales. Hoy de nuevo la tragedia penitenciaria venezolana recorre el mundo a raíz de una retención de familiares en las cárceles de Yare I y II donde...

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