Despegue abortado

Con el fútbol de espaldas, Venezuela reprobó ayer su primer examen del Premundial al caer en Quito contra Ecuador. Ya lo había dicho César Farías, que el hacer la tarea no les garantizaba aprobar. Ayer su equipo no se ahogó, sobrevivió a la altura del Atahualpa pero no al desborde de Antonio Valencia, autor intelectual de los dos goles con los que el cuadro tricolor derrotó a la Vi notinto 2-0. Se agotaban los últimos minutos del primer tiempo cuando Renny Vega reclamó una nueva desatención de José Luis Granados, a quien Valencia había ganado la espalda por enésima vez en el partido. Aquella imagen era la fotografía del partido, de la frustración de un equipo que fue incapaz de quitarle la pelota a su oponente, con una dupla Di Giorgi-Flores firmando un mal partido, y torpe en los pocos momentos que pudo manejarla. Errática en el dominio de la pelota, la Vinotinto vivió siempre al ritmo que quería Ecuador, dueño del partido y de las bandas de una cancha que se ensanchaba cuando el local la tenía y que se convertía en un embudo cuando algún criollo la lograba manejar. Desde la raya de la derecha, y con el permiso de Granados, Valencia necesitó 15 minutos en capitalizar la superioridad de su selección al colgar el centro que Jaime Ayoví mandó a la red luego de un rebote en el palo. El Atahualpa explotó en un solo grito y envió al olvido las dos ocasiones que Jesús Meza había fallado antes. Después del golpe, ningún jugador venezolano pudo volver a pisar el área de Banguera con la pelota dominada. Farías detectó un...

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