Detrás de la cámara hace falta una persona pensante

Si una palabra define a Nelson Garrido es experimental. La experimentación ha sido el motor y directriz de este fotógrafo y docente, tanto en su propia obra como en la ONG, la institución que fundó con su nombre. Garrido creó la escuela de fotografía y sala alternativa movido por una necesidad histórica, asegura. Desde la sede de la organización, que está ubicada en Los Rosales, señala que él forma parte de una generación autodidacta de profesionales de la lente y por eso ha apostado por la formación de los jóvenes, en especial en los tiempos de la tecnología digital, que ha llevado a pensar que cualquiera puede ser fotógrafo. --¿Ha sido positivo para la fotografía la aparición de teléfonos y otros dispositivos que traen cámara incorporada? --Estoy convencido de que la fotografía sufre un proceso de banalización total. Ahora todo el mundo es fotógrafo y eso es como si nosotros dijéramos que las personas que aprenden a escribir como producto de un proceso de alfabetización se convierten automáticamente en escritores. Que haya más gente que sabe escribir no significa necesariamente que haya más poetas y escritores. Manejar la herramienta no implica tener el lenguaje. Ahora hay una gran democratización del hecho fotográfico, pero eso no quiere decir que haya un mejoramiento. Ahí es donde caemos en la importancia de las escuelas. A mí lo que me interesa trabajar con los alumnos es la parte del lenguaje fotográfico, que va más allá de que uno apriete un botón y salga una imagen. La gente todavía tiene ese mito de que la fotografía la hace la cámara y es como si nosotros dijéramos que el lápiz es el que escribe el libro o traza el dibujo. Lo que determina la obra en última instancia es el ojo. Nuestra filosofía es la del español Alberto García-Alix: Hay que tomar fotografías digitales pero con el ojo analógico. --¿Qué implica el ojo analógico? --Pensar. Ya la gente no piensa antes de tomar la fotografía. Antes uno se movía, el encuadre... El hecho de tener un rollo de 36 fotos te da otra perspectiva. La gente ahora toma muchas fotos y después edita. Eso no puede ser. Tú tienes que pensar el hecho fotográfico, qué es lo que vas a tomar. Hay incluso una parte gestual que se ha perdido: te tienes que mover buscando la foto. Vas a la derecha, a la izquierda, subes, te acercas, te alejas. Tu cuerpo interviene. No estoy en contra de la fotografía digital sino del pensamiento inmediatista y banal. --¿Qué le queda por explorar a los fotógrafos...

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