En deuda con los profesores

¿Qué piensa estudiar tu hijo? ¿Qué carrera seleccionará tu hija? El número de padres que responde profesor, maestro o educador Âcon seguridad de haber encaminado a su hijo a una profesión con prestigio social y posibilidades de crecimiento es cada día menor. Los jóvenes tampoco se plantean esta opción. Las escuelas de Educación o institutos pedagógicos ven disminuir de año en año la demanda. Los que acuden no siempre son los más talentosos. Hay quienes lo hacen por vocación, persuadidos de la importancia de la profesión para sociedad. Les espera una lucha contracorriente, sostenida por su capacidad, su sentido de misión y su amor por los alumnos y la profesión. Pero hay también, y en número alto, los que basan su escogencia en la facilidad de ingreso, la ausencia de rigor académico, la comodidad, su propia subvaloración. Y hay quienes llegan desde otra profesión, circunstancialmente, para dedicarle algunas horas sueltas de su doble o triple jornada. El escaso entusiasmo de los jóvenes por la profesión docente es uno de los síntomas más alarmante de la condición de crisis que afecta nuestro sistema educativo. Las consecuencias más inmediatas se expresan primero en la falta de docentes, en especial para algunas materias, y luego en su irregular calificación. En absoluta contradicción con lo que la dignidad de la función exigiría, nuestros maestros, los de preescolar co mo los de la universidad, son víctimas de falta de reconocimiento social, baja remuneración, incomprensión, desatención para su desarrollo de carrera, manipulación sindical y política, inestabilidad laboral y burocratismo. Un cuadro así explica la falta de candidatos, pero sobre todo la escasa autoestima de los maestros, su baja motivación, la dedicación a medias, en parte por la necesidad de compartir su tiempo con otras labores. La propia sociedad se encarga de desmotivarlos. Repite frases solemnes sobre la importancia del maestro mientas carga sobre sus hombros expectativas, exigencias y reclamos, y simultáneamente les niega el reconocimiento que merecen y las condiciones indispensables para...

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