La devastadora epifanía

El ensayo esconde una autobiografía transtemporal. Barcos, viajes, estadías parciales y residencias fatales, tanto como escrituras de libros para escribir los libros, de historias puntuales que cuentan historias univer sales y de lecturas marinas para volver al hogar; turismos desterrados y deslealtades premeditadas son algunas de las pintas de interés del libro El barco en que viajas momentos españoles en la literatura venezola na Universidad Nacional Experimental del Yaracuy, 2007, de Juan Carlos Méndez Guédez. Recorrido de los mejores exilios criollos, este libro significa una manifestación de sólido hispanismo en autores enamorados de la hispanidad y un reconocimiento de los ancestros literarios del autor. La travesía contempla sólo dos lugares encadenados hasta hoy por la propia tira nía del itinerario: Caracas y Madrid. Desde ellos en permanente doble dirección veremos viajar nuestros barcos literarios; los barcos y sus escritores. El texto quiere ocuparse ahora de dos de ellos, en una suficiencia crítica que estima sin loa barata y que estudia sin el método tópico y aburrido esa vacía y falsaria sapiencia aprendida en las maestrías de literatura, cuando se aprenden mal. La veneración toma rumbo noble hacia los puertos de dos escritores cúspide de nuestra literatura: Rufino Blanco Fombona, un demonio; y Pedro Emilio Coll, un ángel. Desde lo encantador se exploran las relaciones que estos autores y de otros que van quedando mencionados en los recorridos: Teresa de la Parra, Rómulo Gallegos y Rafael Bolívar Coronado, entre otros; junto a pintores como Armando Reverón y Rubén Monasterios, signados por sus estancias matritenses establecieron con la...

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