La dicha de andar libre por El Paují

¿Cómo llegar? Lo primero es atravesar la gloriosa Gran Sabana, llegar hasta Santa Elena de Uairén y seguir como quien va para el aeropuerto o para Brasil, pero se desvían donde dice El Paují. Son aproximadamente 80 kilómetros desde Santa Elena por una carretera bien buena porque le pasaron la máquina hace poco. Una visita reciente. No tengo el menor pudor en confesar que requiero ir a la Gran Sabana una vez al año para recuperar mi risa fresca, la piel lozana y el afán con el cual me conduzco por la vida. En esas andaba cuando llegamos hasta El Paují, hogar perfecto para un grupo de seres que entendieron los beneficios de la vida al natural. Por estos predios abundan las posaditas pequeñas y acogedoras las menciono en Para dormir atendidas siempre por sus dueños. Al campamento Brisas del Paují regresó Eliakin para recuperar el hogar de su infancia, acomodó el restaurante con la terraza volada para ver el mundo verde, inventó una cochinera portátil que le sirve para abonar la tierra y dejó las cabañitas bellas. Amaribá es el delirio de los bailarines o de quienes practican yoga y pilates, pues su salón con piso de madera abierto al paisaje es muy inspirador. En Maripak hacen ahora pizzas en leña y las sirven bajo los árboles. Mauro y Elsa Segulín regresaron a Kawaik, pusieron todo precioso, pulieron y lijaron las maravillas que diseñaron en madera y se instalaron aquí en temporadas, y dejaron el hogar de Margarita para el resto del tiempo. Andrés hizo baños nuevos en su campamento El Vergel en la ruta hacia El Abismo, hay una nueva tiendita de Alina, Carlos y Nicole siguen ofreciendo su miel atómica y la novia de Andrés hace una crema exquisita para la piel. En Tacamajaca pueden bus car el incienso y algunos dulces y mermeladas. La naturaleza sigue ofreciendo sus pozas, donde nadie cobra por entrar, tampoco hay estacionamientos o área de carpas. Son absolutamente silvestres. Entras por el río, caminas por el agua y te instalas en la poza que te provoca. Eso sí, rogamos traer la basura de regreso y utilizar sólo jabones biodegradables. Una idea verde. Conocí a Levi en una caminata hacia El Abismo hace 10 años. Recuerdas cuando los perros pasaron a otra dimensión y regresaron como a las dos horas, le decía a otra amiga que nos acompaña ba, en un tono como de quien pregunta si quieres un poco de agua. Decidí no preguntar. Luego llegamos a...

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