Diez años de la CPI

A lo largo del siglo pasado se puso sobre la mesa la posibilidad de crear un tribunal internacional que hiciera justicia en los crímenes contra la humanidad. Trató de ponerse en marcha varias veces pero tuvieron que suceder tanto el genocidio de Ruanda como el de Yugoslavia para que 76 países adscritos a la ONU firmaran en Roma, en 1998, el estatuto que se convirtió en la base legal para el establecimiento de la Corte Penal Internacional. Cuatro años más tarde, la Asamblea de los Estados Partes consiguió abrir las puertas de la Corte Penal en La Haya sobre la base de que en el siglo XX hombres y mujeres fueron víctimas de atrocidades que desafían la imaginación y que estos delitos son una amenaza para la humanidad. A pesar de los inconvenien tes que siempre la han acompañado, desde la férrea oposición de Estados Unidos hasta el fallido arresto del genocida presidente de Sudán, Omar Al Bashir; desde el silencio sobre los horrores cometidos en Guantánamo hasta la guerra en Irak, ya hay 121 Estados del mundo que reconocen la autoridad de la Corte...

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