Es difícil comprar si el dinero no vale

Mariana Rodríguez y su esposo Roberto, de 27 años y 34 años de edad, respec tivamente, son fisioterapeutas. Se casaron en 2010 cuando también tuvieron a su hija. Al momento de formar su hogar se propusieron como prioridad adquirir una vivienda propia que pagarían con los salarios fijos de ambos y las sesiones de rehabilitación a domicilio.Establecimos un plan de ahorro con las horas free lance, pues ese ingreso es mayor que los sueldos de los dos, pero se nos ha hecho cuesta arriba por lo caro que está todo, dijo la joven.En el servicio médico de la institución del Estado donde trabaja gana 6.000 bolívares mensuales y su esposo 2.500 bolívares al mes por su actividad como docente universitario a medio tiempo.Rodríguez agregó que los salarios se van fundamentalmente en comida y pasaje. Tenemos la gran suerte de que el alquiler, un anexo tipo estudio de una casa en Los Teques, es de 1.500 bolívares mensuales porque la dueña es una gran persona. Tampoco pagamos el colegio de la niña por ser un beneficio del trabajo de mi esposo.Pese a las ventajas mencio nadas, la meta de la vivienda propia se ha convertido en el gran reto para la pareja que debe sortear también el embate de la inflación. Es difícil comprar cuando el dinero cada vez vale menos, manifestó, y añadió que son austeros en sus gastos personales, pero no escatiman en la recreación, educación útiles y materiales escolares y salud de su hija.Varios intentos. Mariana y su esposo han considerado que la opción más viable de tener casa propia es el plan de vivienda, mediante el cual...

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