Los dilemas del duunvirato

Antes de partir a La Habana hace dos meses, Chávez nombró heredero político a Nicolás Maduro. La realidad política, que es más terca que el comandante presidente, ha parido otro heredero, Diosdado Cabello, y la jefatura única del proceso bolivariano ha devenido en lo que los antiguos romanos denominaron un duunvirato. Una fórmula complicada para administrar el poder que históricamente ha llevado a grandes confrontaciones entre los duunviros. César y Pompeyo, Octavio y Marco Antonio son los modelos clásicos. No significa esto que Cabello pretenda desconocer la voluntad del líder de la revolución y aspire a sustituir a Maduro. Se conformaría, como ha venido haciendo durante este tiempo en el que las cartas deben mantenerse tapadas, con ejercer el poder real detrás del sillón en los tiempos de Gómez se hablaba del mayúsculo, en Maracay, y el minúsculo, en Miraflores. Si no les sirve la analogía criolla, los camaradas, tan dados como son a seguir la épica ajena, podrían ilustrarse repasando el episodio de la suce sión de Lenin. Si la cosa no les queda clara, pueden entonces leerse La rebelión en la granja, del hereje George Orwell, y ver lo que pasó con los cerdos Napoleón y Snowball. ¿Ignoraba Chávez eso? Segu ro que no, pero no tenía más opción que inclinarse por Maduro como el sucesor abierto. Aparte de contar con el visto bueno de los cubanos, el vice no tiene el récord electoral de Cabello llegó en la casilla 16 en la elección interna del PSUV para escoger a los 15 miembros de la dirección nacional y recibió un nocaut ante Henrique Capriles en Miranda, con todo y los 60 kilos. Nicolás Maduro ha sido un prominente líder chavista y desempeñó a satisfacción de su jefe y con efectividad la Cancillería, sin embargo, sigue siendo un desconocido para muchos venezolanos. Vale decir, salvo el hecho de haber sido designado por Chávez, el grueso de la ciudadanía desconoce las cualidades que pueda tener Maduro para ser el presidente de los venezolanos. Se sabe que fue sindicalista del Metro de Caracas y lo suficientemente zamarro como para alzarse con la herencia del caudillo en una competencia desarrollada puertas adentro en la atmósfera tóxica del chavismo. O sea, tonto no es. Muchos descalifican a Ma duro porque no tiene un grado universitario en verdad, nada se sabe de su grado de escolaridad; en el perfil publicado por VTV se...

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