Distracciones explosivas

Para distraer la atención de las calamidades que debemos vivir a diario los ve nezolanos, el gobierno ha recurrido a varias maniobras destinadas a atraer la atención pública y minimizar su creciente falta de popularidad. Ha ensayado sainetes nacionales e internacionales que pretenden explotar sentimientos nacionalistas o encender nuevamente la ya apagada llama revolucionaria.En cada caso ha mostrado su torpeza y en conjunto ha logrado una mezcla de callejones sin salida que amenazan con provocar una explosión, sin que se pueda anticipar cuál de ellos pudiera ser el percutor.Si comenzamos por los asun tos internacionales, tenemos que el gobierno ha provocado una reanudación conflictiva del problema de límites con Guyana. Lo único que ha logrado es el rechazo unánime de los países del Caribe, a los cuales anteriormente intentó comprar con dádivas petroleras. Ante el fracaso de ese amago, volvió la cara hacia Colombia. Se trata de un asunto más grave debido a que la frontera occidental de Venezuela es una de las más dinámicas del continente, a los fuertes vínculos históricos y a que Colombia es un país que no se puede ningunear. La falta de respeto a los derechos de los colombianos deportados y desplazados, así como la irresponsabilidad de desestimar los lazos comerciales, familiares y culturales entre los habitantes de ambos lados de la frontera han conducido a que un desplante supuestamente patriótico del gobierno de Maduro se transforme en una tragedia huma na que concita el rechazo tanto del pueblo venezolano como de la comunidad internacional.En los aspectos nacionales, muestras innecesarias de exceso de autoridad se han añadido al coctel explosivo en el cual la camarilla gobernante parece autoinmolarse. El caso de Leopoldo López, decidido a pocas semanas de las elecciones parlamentarias, después de una demora inexplicable, resulta simbólico. Aun bajo el supuesto negado de que tuviera alguna responsabilidad, la sentencia es abiertamente desproporcionada. Más de 13 años de prisión por haber pronunciado un discurso no cabe en ningún código jurídico.Eso lo entiende hasta el más analfabeto y de ello toman nota...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR