Otro dolor de cabeza para los bancos españoles

Ante el escepticismo de los grandes inversionistas internacionales, los bancos españoles han pasado a depender cada vez más de clientes individuales o minoristas para que compren su deuda y capital. Eso ha apuntalado su financiación y relaciones de capital pero también plantea dudas de que estén relativizando sus problemas para no ahuyentar a los pequeños accionistas. Los bancos españoles han le vantado 23.000 millones de euros en capital desde 2010, alrededor de 70% del cual fue comprado por inversionistas minoristas, según estimaciones de analistas de UBS AG. El monto de valores de deuda en poder de familias e instituciones sin fines de lucro también creció para alcanzar 29.400 millones de euros en el cuarto trimestre de 2011, frente a los 21.600 millones de euros de un año antes, según el Banco de España. Las ventas de acciones y bonos a individuos y hogares --a menudo tras una campaña publicitaria-han brindado un apoyo clave a la banca española en momentos en que enfrenta fuertes pérdidas en sus carteras de bienes raíces y se esfuerza por cumplir con los requisitos más exigentes de capital impuestos por los reguladores de la Unión Europea. Algunos observadores, no obs tante, afirman que la dependencia de los bancos en los inversionistas minoristas también ha exacerbado los problemas del sector bancario al evitar que reconociera plenamente sus pérdidas. El motivo: dado que los espa ñoles se han convertido cada vez más en accionistas en los bancos de su país, los reguladores y las propias instituciones temen que el anuncio de grandes pérdidas aseste un golpe a la confianza que desencadene la huída de esos pequeños inversionistas, según analistas, economistas y fuentes al tanto del pensamiento de los reguladores. Por eso, los bancos, quieren mostrarle al público que no hay grandes pérdidas, indicó José García Montalvo, profesor de economía y negocios de la Universidad de Pompeu Fabra en Barcelona. Han intentado ganar tiempo a través de fusiones o al reconocer sólo algunas pérdidas, señala. Un factor que agrava los pro blemas es que los bancos tienen prohibido pagar intereses o dividendos sobre deuda o productos de valores si registran una pérdida, lo que podría irritar aún más a los pequeños inversionistas que tienden a ser más veleidosos que los grandes inversionistas a largo plazo, como los fondos de pensiones. Tales productos, asimismo, tampoco tienen las garantías de los depósitos comunes y corrientes, lo cual podría...

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