Decisión de Juzgado Primero Superior del Trabajo del Régimen Procesal Transitorio de Caracas, de 8 de Marzo de 2007

Fecha de Resolución 8 de Marzo de 2007
EmisorJuzgado Primero Superior del Trabajo del Régimen Procesal Transitorio
PonenteMarcial Mundaray
ProcedimientoTransacción

ACTA DE CONCILIACIÓN

N° DE EXPEDIENTE: AC22-R-2005-000591

PARTE ACTORA: D.A.F., Venezolano, mayor de edad, de edad, de este domicilio, titular de la cedula de identidad N° 10.283.113.

APODERADO JUDICIAL DE LA PARTE ACTORA: S.A.C., abogado en ejercicio, de este domicilio, inscrito en el Inpreabogado bajo el N° 69.159.

PARTE DEMANDADA: DISTRIBUIDORA POLAR S.A. inscrita en el Registro Mercantil Primero de la Circunscripción Judicial, del Distrito Federal y Estado Miranda, el día 02 de junio de 1948, bajo el N° 555, tomo 3-A.

APODERADO JUDICIAL DE LA PARTE DEMANDADA: I.L., abogado en ejercicio, de este domicilio, inscrito en el Inpreabogado bajo el N° 44.206.

En el día de hoy, ocho (08) días del mes de marzo de 2007, siendo las tres de la tarde (3:00 p.m.), comparecieron por ante este Despacho el ciudadano D.F., en su carácter de parte actora, conjuntamente con su apoderado judicial, abogado S.A.; y el abogado I.L.A. en su carácter de apoderado judicial de la parte demandada, quienes expusieron lo siguiente: “A los fines de dejar constancia de los particulares que más adelante se especificarán, y de dejar asiento respecto a los resultados del p.d.C. que han realizado las partes los días 5 y 16 de febrero de 2007, por ante el Juzgado Superior Segundo a cargo del Dr. W.G. (Tribunal designado por el Juzgado de la causa a los fines de conciliar las posturas de las partes), e igualmente inspirados y fundamentados en los términos y condiciones del Acta de Mediación y Conciliación firmada y homologada por la Sala de Casación Social del Tribunal Supremo de Justicia, en fecha 17 de Octubre de 2002 con arreglo a las disposiciones de los Artículos 253 y 258 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en concordancia con los Artículos 257, 258, 261 y 262 del Código de Procedimiento Civil, y el Artículo 3, Parágrafo Único, de la Ley Orgánica del Trabajo.

PRIMERO

El p.d.c. que culmina mediante la presente acta, concierne al proceso judicial que cursaba por ante el Juzgado Décimo de Primera Instancia del Trabajo de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, redistribuido al Juzgado Cuarto de Juicio de Primera Instancia del Circuito Judicial del Trabajo del Régimen Procesal Transitorio del Área Metropolitana de Caracas y que se encuentra actualmente en audiencia de juicio de segunda instancia ante este Juzgado Superior Primero de Transición del Circuito Judicial del Trabajo del Área Metropolitana de Caracas en virtud de la apelación interpuesta en fecha 3 de marzo de 2005 por DISTRIBUIDORA POLAR S.A. en contra de la sentencia dictada por el tribunal de la primera instancia en el juicio por cobro de prestaciones sociales propuesto por el ciudadano D.A.F., con cédula de identidad No. 10.283.113 en contra la empresa DISTRIBUIDORA POLAR S.A., tal como consta en los autos del presente expediente signado con el No. AC22-R-2005-000591.

SEGUNDO

A los efectos de la presente acta, cuando se haga referencia al ciudadano D.A.F., se utilizará el término “EL DEMANDANTE” y “LA DEMANDADA” cuando se haga referencia a DISTRIBUIDORA POLAR S.A. y/o CERVECERIA POLAR C.A. la cual en virtud de un proceso de fusión por absorción se convirtió en la sucesora a título universal de DISTRIBUIDORA POLAR S.A. EL DEMANDANTE se encuentra asistido en el presente procedimiento de conciliación, por el abogado S.A., quien es venezolano, mayor de edad, domiciliado en Caracas, titular de la cédula de identidad Nº 10.474.922 e inscrito en el Instituto de Previsión Social del Abogado (IPSA) bajo el Nº 69.159.

TERCERO

Por su parte, LA DEMANDADA está representada por el abogado I.L.A., quien es venezolano, mayor de edad, domiciliado en Caracas y titular de la cédula de identidad No. 6.974.117 e inscrito en el Instituto de Previsión Social del Abogado (IPSA) bajo el No. 44.206, según consta de instrumento de poder que corre inserto al correspondiente expediente.

CUARTO

El asunto fundamental a ser dilucidado, es el de resolver si la relación jurídica que EL DEMANDANTE alega haber tenido con LA DEMANDADA, puede ser calificada de relación de trabajo, o si se trató de una relación estrictamente mercantil, donde la sociedad mercantil DISTRIBUIDORA D.A.F. S.R.L., registrada en fecha 27 de julio de 1994, bajo el No. 9, Tomo 6-A Cto. ante el Registro Mercantil Cuarto de la Circunscripción Judicial del Distrito Federal y Estado Miranda, de la cual EL DEMANDANTE era accionista mayoritario, o en todo caso representante legal, adquiría al mayor productos manufacturados por LA DEMANDADA, para luego revenderlos al detal, haciendo su correspondiente ganancia. Tratándose de un problema de hecho, cuya solución dependerá en cada caso de las características que haya tenido la correspondiente relación, en el cual cabe perfectamente la transacción y no siendo de orden público que las personas decidan celebrar contratos mercantiles en lugar de contratos de trabajo, no cabe la aplicación del Artículo 258 del Código de Procedimiento Civil, ni lo previsto en el Parágrafo Único del Artículo 3º de la Ley Orgánica del Trabajo.

En términos generales, a continuación se expondrá un breve resumen de lo que constituye el núcleo de la posición de las partes en el procedimiento que ha sido tomado en cuenta en la presente conciliación.

QUINTO

Posición General de EL DEMANDANTE:

En el proceso antes reseñado, EL DEMANDANTE ha sostenido que prestó servicios personales bajo dependencia a LA DEMANDADA desde el 27 de julio de 1.994 como vendedor-distribuidor independiente, hasta el 29 de enero de 2.001 cuando afirmó haber sido despedido injustificadamente, por tanto, debe ser considerado trabajador a todos los efectos legales previstos en la legislación laboral. En criterio de EL DEMANDANTE, la sociedad mercantil DISTRIBUIDORA D.A.F. S.R.L. de la que él es representante legal, así como el Contrato de Suministro y Compraventa celebrado entre dicha sociedad mercantil DISTRIBUIDORA D.A.F. S.R.L. y LA DEMANDADA encubre una relación laboral que debe ser desenmascarada por los Jueces del Trabajo. No obstante, admite la existencia de zonas grises o supuestos de ambigüedad objetiva en los que no resulta sencillo dilucidar si una relación está situada en el campo mercantil o laboral.

Sostiene, por otra parte, EL DEMANDANTE, que durante años colaboró con LA DEMANDADA en la distribución de sus productos. Por tal razón, estima que, aun si las relaciones que ha sostenido con LA DEMANDADA no pudiesen ser calificadas de laborales y constituyesen la consecuencia de una relación contractual mercantil, no sería justo que la terminación unilateral e injustificada de dichas relaciones no vaya acompañada de algún género de indemnización.

SEXTO

Posición General de LA DEMANDADA.

Por su parte, LA DEMANDADA ha sostenido que entre ella y la sociedad mercantil DISTRIBUIDORA D.A.F. S.R.L. cuyo representante legal es EL DEMANDANTE, existió un auténtico Contrato de Suministro y Compraventa suscrito entre ellos. De las facturas comerciales que soportan la compraventa de la mercancía suministrada por LA DEMANDADA no puede, en ningún caso establecerse, que EL DEMANDANTE prestaba un servicio personal para LA DEMANDADA. Estas facturas sólo evidencian que la sociedad mercantil DISTRIBUIDORA D.A.F. S.R.L. de la cual EL DEMANDANTE era representante legal, adquiría productos al mayor de LA DEMANDADA para ser revendidos al público consumidor en un territorio o zona determinados. De esa manera, la sociedad mercantil DISTRIBUIDORA D.A.F. S.R.L. representada por EL DEMANDANTE actuaba por cuenta propia, asumiendo plenamente el riesgo de reventa del producto a su clientela, por lo que, ni aun si se determinase que tal sociedad mercantil DISTRIBUIDORA D.A.F. S.R.L. no era la verdadera adquirente de los productos, sino EL DEMANDANTE, faltaría el elemento de ajeneidad, esencial a toda relación de trabajo. Por otra parte, la exclusividad que habría sido pactada entre la sociedad mercantil DISTRIBUIDORA D.A.F. S.R.L. representada por EL DEMANDANTE y LA DEMANDADA, opera en interés recíproco de las partes y no denota subordinación alguna de las primeras con respecto a la segunda.

Rechaza categóricamente LA DEMANDADA, por otro lado, que la celebración del mencionado contrato mercantil haya tenido por objeto evadir la aplicación de la legislación laboral, pues, en su criterio, la relación en cuestión tiene un carácter auténticamente mercantil.

Reconoce LA DEMANDADA, que la sociedad mercantil DISTRIBUIDORA D.A.F. S.R.L. cuyo representante legal es EL DEMANDANTE, realizó una inversión importante con el objeto de atender el negocio de distribución de los productos. Asimismo, reconoce que la sociedad mercantil DISTRIBUIDORA D.A.F. S.R.L. representada por EL DEMANDANTE, con ocasión de la terminación del Contrato de Suministro y Compraventa, incurrió en costos asociados a la terminación de dicha relación, todo lo cual ha podido conllevar perjuicios económicos a EL DEMANDANTE, en su condición de accionista, o en todo caso, de representante legal de ella.

SÉPTIMO

Antecedentes que fueron tomados en cuenta en la Conciliación:

El Juez de la causa, el de la mediación y las partes comparten las precisiones expresadas por los Magistrados de la Sala de Casación Social en el proceso de mediación llevado a cabo por LA DEMANDADA, que culminó en el Acta de Mediación y Conciliación del 17 de octubre de 2002 y las incorporan a la presente acta. En esa acta se expresó lo siguiente:

...los Magistrados de la Sala Social estimaron oportuno hacer algunas precisiones conceptuales en torno a la materia objeto de la mediación y, en particular, acerca del estado actual de la cuestión debatida en la jurisprudencia social venezolana, de forma tal de contribuir con una mejor percepción del problema planteado por las partes.

1) La Organización Internacional del Trabajo (OIT) define el encubrimiento como una acción que pretende ocultar o deformar la relación de trabajo, tras el ropaje de otra figura jurídica donde el trabajador tenga menor protección legal. (Documento técnico de base sobre los trabajadores en situaciones en las cuales necesitan protección, con ocasión de la reunión de expertos convocada por el C.d.A. de la OIT, en Ginebra, Suiza, entre el 15 y el 19 de mayo de 2000).

En algunos casos, los contratos mercantiles son utilizados para encubrir una relación de trabajo. En otros casos, sin embargo, los contratos mercantiles son utilizados para documentar una relación donde el sujeto que presta el servicio o realiza una actividad lo hace con sus propios elementos materiales, a su propio riesgo y en una situación de dependencia jurídica atenuada. En estas relaciones no aparecen nítidamente los elementos típicos de la relación de trabajo y por eso se habla de “zonas grises”, “situaciones de frontera” o “supuestos de ambigüedad objetiva”.

De allí que la Organización Internacional del Trabajo (OIT), ha señalado que al lado del fenómeno intencional del encubrimiento existen circunstancias objetivas en las cuales no aparecen con claridad todos los elementos que caracterizan a la relación de trabajo.

2) En reiterada jurisprudencia, la Sala Social ha venido asentando que no basta la existencia de un contrato mercantil entre el patrono y un tercero para desvirtuar la presunción laboral.

La Sala ha considerado que no es posible desvirtuar la presunción legal contenida en el artículo 65 de la Ley Orgánica del Trabajo por el sólo hecho de que medie un contrato mercantil entre la empresa demandada y la empresa propiedad del demandante, puesto que ello no es motivo suficiente para desvirtuar de manera absoluta la laboralidad del vínculo. De admitirse que la presunción de laboralidad queda desvirtuada por el sólo hecho de la existencia de unos contratos que le den a la relación una calificación jurídica mercantil o civil, se estaría contrariando el principio de que el contrato de trabajo es un contrato realidad y de que la sustancia prevalece en el Derecho Laboral sobre las formas.

Si bien la calificación dada por las partes al contrato constituye un indicio a tomar en cuenta, no estamos en presencia de un indicio determinante que releve al Juez de todo análisis ulterior acerca de la verdadera naturaleza de la relación establecida entre las partes. De allí que la Sala Social haya proferido, en los fallos antes citados, un mandato a los Jueces de Instancia en el sentido de no detener su análisis en las formas contractuales y descender al examen del material probatorio restante para determinar si ha quedado probado algún hecho capaz de desvirtuar la presunción de laboralidad.

Ahora bien, dada la complejidad que reviste discernir si un contrato de distribución comercial o de colaboración empresarial encubre o no una relación de trabajo, la Sala Social, en su papel de máximo orientador de la jurisprudencia social, estimó oportuno fijar algunos criterios orientadores sobre los hechos capaces de desvirtuar la presunción de laboralidad que se activa una vez probada la prestación de servicios; tarea que emprendió en su reciente decisión de fecha 13 de agosto de 2002, la cual se acompaña a la presente acta marcada con la letra “C”, y que fue dictada en el caso M.O. de Silva vs. FENAPRODO-CPV. (Sent. FENAPRODO).

El “test de laboralidad” delineado en esta última sentencia ha sido utilizado como referencia para determinar el carácter mercantil o laboral de los contratos de Concesión Mercantil objeto de la presente Mediación y Conciliación, y las partes consideran que en adelante los criterios expresados orientarán a las partes sobre el verdadero carácter comercial o colaboración empresarial, tales como los de agencia, Concesión Mercantil y franquicia, que en el futuro sean sometidos al conocimiento de los Tribunales Laborales del país. De esta forma, la Sala Social cumple con su función orientadora de la jurisprudencia y confiere mayor certeza a los actores económicos y sociales en cuanto al ámbito de aplicación de la legislación laboral.”

Así pues, visto el contenido del texto parcialmente trascrito del Acta de Mediación y Conciliación firmada ante la Sala de Casación Social del Tribunal Supremo de Justicia el día 17 de octubre de 2002, este Juzgador, este Mediador y las partes acogen íntegramente las motivaciones que dieron lugar a dicha acta.

OCTAVO:

Como consecuencia de lo expresado, las partes reconocieron: a) la inexistencia de relación o vínculo alguno entre las partes durante el lapso comprendido desde el día 27 de julio de 1994 hasta el 12 de febrero de 1995; y b) una relación mercantil entre LA DEMANDADA y la sociedad mercantil DISTRIBUIDORA D.A.F. S.R.L. representada por EL DEMANDANTE, desde el día 13 de febrero de 1995 hasta el 29 de enero de de 2.001, cuando se resuelve el contrato de suministro y compraventa de productos.

De igual forma, procedieron a a.l.c.q. la jurisprudencia en general, y en especial, la sentencia FENAPRODO han venido considerando, así como el contenido del Acta de Mediación y Conciliación firmada ante la Sala de Casación Social del Tribunal Supremo de Justicia el día 17 de octubre de 2002, con la finalidad de establecer la verdadera naturaleza del reclamo y relación que ha sido invocada, de manera general, en la causa sobre la que versa la presente conciliación. Al respecto, se estudiaron las distintas características de una relación laboral, en comparación con las realidades que sustentan la demanda en la causa objeto de esta conciliación, llegándose a las siguientes conclusiones:

A. En la causa objeto de esta conciliación, EL DEMANDANTE era socio y representante legal de una persona jurídica de naturaleza mercantil, que había suscrito con LA DEMANDADA Contrato de Suministro y Compraventa, en el cual la correspondiente sociedad mercantil DISTRIBUIDORA D.A.F. S.R.L. asumía ciertas obligaciones relacionadas con la comercialización al detal de los productos distribuidos por LA DEMANDADA, tendiente a mantener debidamente abastecida de esos productos una determinada zona. A cambio de ello, LA DEMANDADA le suministraba sus productos, en las cantidades que esa sociedad requiriese, a unos precios acordados de venta al mayor. A tales efectos, la sociedad mercantil DISTRIBUIDORA D.A.F. S.R.L. entregaba a LA DEMANDADA sus órdenes de compra y cancelaba contra la respectiva factura el precio de compra de los productos adquiridos.

B. En la causa objeto de esta conciliación, EL DEMANDANTE ha alegado que entre él y LA DEMANDADA existió una relación de trabajo que según él era la verdadera realidad jurídica y que los contratos mercantiles celebrados entre la sociedad mercantil DISTRIBUIDORA D.A.F. S.R.L. representada por él y LA DEMANDADA, generaba para él personalmente obligaciones y derechos de índole laboral por realizarse esas actividades de manera subordinada.

C. Las partes de esta conciliación han observado que la relación alegada por EL DEMANDANTE, se dio las siguientes características:

1.) Es cierto que EL DEMANDANTE era representante legal de una Sociedad Mercantil (DISTRIBUIDORA D.A.F. S.R.L.), con capital propio y aportado por sus socios, que tenía suscrito un Contrato de Suministro y Compraventa con LA DEMANDADA. También es cierto que las facturas de venta de productos emitidas por LA DEMANDADA, lo eran a nombre de la sociedad mercantil, quien también era la que suscribía las correspondientes órdenes de compra y cancelaba las facturas. Evidentemente, en la gran mayoría de esas operaciones, la sociedad mercantil (DISTRIBUIDORA D.A.F. S.R.L.) era representada por EL DEMANDANTE. Desde un punto de vista al menos formal, EL DEMANDANTE era un tercero en la relación contractual de Suministro y Compraventa. También es cierto que durante el tiempo que estuvo vigente esa relación, ninguna de las partes consideró que se trataba de relaciones de trabajo, ni hubo reclamo alguno en tal sentido.

2.) La sociedad mercantil DISTRIBUIDORA D.A.F. S.R.L. representada por EL DEMANDANTE estaba debidamente constituida y tenía personalidad jurídica propia y podía celebrar cualquier tipo de contratos. Llevaba su contabilidad propia y distribuía beneficios a sus socios en caso de haberlos.

3.) La sociedad mercantil DISTRIBUIDORA D.A.F. S.R.L. era propietaria de sus propios instrumentos materiales para la realización de las labores propias de su objeto social. La actividad de compra y venta de las mercancías que era adquirida de LA DEMANDADA era realizada mediante vehículos de transporte propiedad de esa Sociedad Mercantil o que poseía por un justo título, estando a su cargo y en ningún caso a cargo de LA DEMANDADA, la adquisición, mantenimiento y reposición de la unidad de transporte que requiriese para su actividad.

4.) La sociedad mercantil DISTRIBUIDORA D.A.F. S.R.L., estaba inscrita de manera independiente en el Registro de Información Fiscal (RIF) y cumplía anualmente con sus obligaciones tributarias. En esas declaraciones de impuestos se hacía referencia a la actividad de compra y venta de productos que hacían esa compañía. Esa actividad era la misma actividad que EL DEMANDANTE ha descrito en su demanda como formando parte de una relación de trabajo entre él y LA DEMANDADA.

5.) Las actividades de compra y venta que realizaban esa sociedad mercantil (DISTRIBUIDORA D.A.F. S.R.L.) representada por EL DEMANDANTE requería también de la participación de personas adicionales a éstos. En efecto, la realización de esa actividad requería de personal diferente al simple conductor de un vehículo y era realizada por varios trabajadores, que eran contratados y pagados por la sociedad mercantil representada por EL DEMANDANTE. La totalidad de las obligaciones laborales para con tales trabajadores siempre corrió a cargo de la sociedad mercantil (DISTRIBUIDORA D.A.F. S.R.L.) representada por EL DEMANDANTE. En ese sentido, ambas partes admiten que la sociedad mercantil representada por EL DEMANDANTE realizaba diversas actividades dirigidas a la implementación del negocio de reventa al detal de mercancía, tales como transporte del producto, reventa, facturación, carga y descarga, exhibición o “merchandising”, cobro, contabilidad, crédito y manejo financiero.

6.) En la realización de la actividad que EL DEMANDANTE calificó en su demanda como relación de trabajo directa entre él y LA DEMANDADA, los riesgos eran asumidos totalmente por la sociedad mercantil representada por EL DEMANDANTE. De esa manera, si la mercancía adquirida sufría deterioros, o si los vehículos en que era transportada sufrían desperfectos o accidentes, o eran objeto de asaltos, tales riesgos eran asumidos totalmente por la sociedad representada por EL DEMANDANTE y en ningún caso por LA DEMANDADA. También reconocen las partes que si las mercancías adquiridas eran revendidas a crédito, los riesgos financieros de esas ventas eran asumidos y decididos por esa sociedad mercantil representada por EL DEMANDANTE. Tal sistema de riesgos es también característica propia de una actividad mercantil por cuenta propia.

7.) De igual manera, los beneficios de la actividad de la sociedad mercantil representada por EL DEMANDANTE, pertenecía en su totalidad a esa sociedad mercantil, dependiendo de su eficiencia en la venta de mercancía que hacía, no teniendo LA DEMANDADA participación alguna en las actividades de esa sociedad mercantil representada por EL DEMANDANTE. Asimismo, en la contabilidad de dicha sociedad mercantil se asentaban tanto las remuneraciones que éstas pagaban a EL DEMANDANTE por concepto de sueldos y salarios, como el pago a los socios de los correspondientes dividendos.

8.) Los ingresos monetarios efectivos que EL DEMANDANTE recibía de su representada, tanto por sueldos y salarios como por dividendos, excedían de manera notoria las cantidades que recibía un trabajador de una empresa para la cual desempeñara funciones similares. Por ello, si de acuerdo con lo alegado por EL DEMANDANTE, los beneficios de esa persona jurídica hubiesen sido, en realidad, su compensación laboral, éste hubiese recibido una remuneración considerablemente mayor que los salarios que LA DEMANDADA paga a quienes realizan la distribución de sus productos como trabajadores dependientes. En realidad, los beneficios de la actividad de EL DEMANDANTE no corresponde al salario de un conductor de camión o un vendedor, sino a los que obtienen normalmente las empresas que por su propia cuenta se dedican a la comercialización al detal de la mercancía. Ambas partes reconocen que la sociedad mercantil representada por EL DEMANDANTE, cuya actividad mercantil fue calificada como relación de trabajo personal por EL DEMANDANTE, tenían libertad para decidir las cantidades de mercancía que adquiría de LA DEMANDADA, el tiempo y la forma en que procederían a su reventa a terceros y las condiciones (al contado o a crédito) de esas reventas. También reconocen que la actividad de reventa de esa mercancía se llevaba a cabo fuera de las instalaciones de LA DEMANDADA y en vehículos propiedad o bajo control de la sociedad mercantil aludida.

9.) Ambas partes reconocen que la actividad de reventa de productos que EL DEMANDANTE calificó como característica de una relación laboral, no se realizaba bajo la dirección, control y riesgo de LA DEMANDADA, pues las correspondientes decisiones eran tomadas por EL DEMANDANTE, quien además era el beneficiario de tales actividades. Por ello, ni aún en el supuesto de que la relación contractual que regía tales actividades, hubiese sido en realidad una relación directa entre EL DEMANDANTE y LA DEMANDADA, podría hablarse de ajeneidad en tales actividades, pues la misma habría sido realizada por cuenta y beneficio propio por EL DEMANDANTE. Las partes reconocen que lo anterior no se desvirtúa por el hecho de que LA DEMANDADA destinase personal propio a realizar la supervisión de las actividades de venta y a la recaudación por este medio de información estadística y comercial del mercado.

10.) Las partes reconocen que el establecimiento de zonas geográficas, exclusividades en la distribución y el uso de emblemas y marcas propiedad de LA DEMANDADA, son propias de los contratos de colaboración empresarial, tales como el de agencia, la Suministro y Compraventa y la franquicia, entre otros. Tales estipulaciones han sido establecidas por las partes en beneficio de ambas.

No obstante, LA DEMANDADA, con el acuerdo de EL DEMANDANTE, expresa su disposición de cancelar a la sociedad mercantil (DISTRIBUIDORA D.A.F. S.R.L.) representada por EL DEMANDANTE, con la cual LA DEMANDADA había celebrado sendo Contrato de Suministro y Compraventa, una indemnización por un monto de OCHENTA MILLONES DE BOLIVARES (Bs. 80.000.000,00), dirigida a cubrir a esa sociedad mercantil y a EL DEMANDANTE cualquier daño o perjuicio que haya podido sufrir como consecuencia de la ejecución o terminación de la relación contractual, incluyendo, entre otros conceptos, cualquier gasto derivado de la terminación por decisión unilateral, cualquier tipo de deuda laboral, inversiones realizadas, daños derivados de la falta de aviso previo, lucro cesante, etc., y será imputable a cualquier reclamación que pudiese tener cualquier trabajador de esa sociedad mercantil contra LA DEMANDADA. Dicho pago se realiza mediante un cheque de fecha 1 de marzo de 2007 distinguido con el No. 04720250 del Banco Provincial contra la cuenta corriente No. 01080034020100004017 de S.T.C. Polar C.A. por la cantidad de OCHENTA MILLONES DE BOLIVARES (Bs. 80.000.000,00) a nombre de D.A.F., en el entendido que deberá ser imputada a cualquier cantidad que LA DEMANDADA pueda adeudar a EL DEMANDANTE por cualquier concepto mencionado en la presente acta de conciliación, o en la demanda, o cualquier cantidad que pueda ser adeudada a la sociedad mercantil representada por EL DEMANDANTE, o EL DEMANDANTE quien a ese efecto actúa también en este acto en su propio nombre y otorga el correspondiente finiquito, conjuntamente con la sociedad mercantil denominada DISTRIBUIDORA D.A.F. S.R.L., cuyo representante legal es el actor D.A.F..

NOVENO: Conclusiones de la Conciliación:

En lo referente a la inexistencia de relación o vínculo alguno entre las partes durante el lapso comprendido entre el día 27 de julio de 1994 hasta el 12 de febrero de 1995, EL DEMANDANTE y LA DEMANDADA declaran que se nada adeudan por concepto alguno.

Por último y al haber las partes realizado el análisis previsto en la cláusula anterior, con base en la jurisprudencia del Tribunal Supremo de Justicia y Acta de Mediación y Conciliación firmada ante la Sala de Casación Social del mismo Tribunal el día 17 de octubre de 2002, han concluido que en tales circunstancias no es posible considerar a EL DEMANDANTE como trabajador dependiente de LA DEMANDADA, ni aún si las actividades invocadas no se hubiesen realizado en cumplimiento del Contrato de Suministro y Compraventa celebrado entre LA DEMANDADA y la sociedad mercantil (DISTRIBUIDORA D.A.F. S.R.L.) representada por EL DEMANDANTE, sino en cumplimiento de una relación directa, pero independiente entre EL DEMANDANTE con LA DEMANDADA. Por ello, concluyen las partes que a EL DEMANDANTE no le corresponde recibir ninguna de las cantidades que fueron demandadas por el período comprendido entre el día 13 de febrero de 1995 hasta el 29 de enero de de 2.001, pues de las actividades descritas no es posible deducir la existencia de una relación de trabajo bajo dependencia de LA DEMANDADA.

DÉCIMO: Mecanismo de Terminación del presente Juicio:

Como consecuencia de los resultados obtenidos en la presente conciliación, las partes piden al Tribunal HOMOLOGUE EL PRESENTE ACUERDO, declare finalizado el presente juicio y expida copias certificadas de la homologación, para cada una de las partes. Queda expresamente entendido que el avenimiento se efectúa como contrapartida de la entrega de las cantidades y en la forma en que hayan sido acordadas, según las circunstancias debidamente analizadas conjuntamente por las partes en el p.d.c.. Las partes han acordado que cada una de ellas correrá con sus propios gastos judiciales y los honorarios profesionales de sus abogados que se hayan causado en el juicio

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Pues bien, vista la exposición de las partes, este Tribunal, de conformidad con la jurisprudencia de la Sala de Casación Social del Tribunal Supremo de Justicia, de fecha 28 de octubre de 2003, referida a las transacciones verificadas ante un Tribunal y siendo que se han revisado los extremos legales pertinentes, este Juzgado HOMOLOGA EL ACUERDO TRANSACCIONAL señalado supra, dándole efecto de cosa juzgada y terminando el proceso. Así mismo, siendo que en el presente caso la parte actora, en presencia de este Juzgador, recibió en este mismo acto las cantidades ofrecidas por la demandada mediante cheque, cuya copia consignan las partes en un (1) folio útil, el cual se ordena agregar a los autos, se ordena enviar el presente expediente a la Coordinación de Secretaría a los fines de que sea remitido a un Tribunal de Sustanciación, Mediación y Ejecución para que proceda a ordenar el archivo del presente expediente. Finalmente, este Tribunal acuerda expedir Dos (02) copias certificadas de la presente acta para las partes. Es todo terminó, se leyó y conformes firman:

EL JUEZ,

Abg. M.M.

PARTE ACTORA Y APODERADO JUDICIAL

EL APODERADO JUDICIAL

DE LA PARTE DEMANDADA

LA SECRETARÍA,

Abg. E.C.

MM/EC/clvg

Expediente No. AC22-R-2005-000591

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