Dos balazos en la cabeza

Algo peor que la mism a e n f e r m e d a d le está pasando a Chávez. Le indigna que en Puerto Cabello sus seguidores quieran que el alcalde Lacava sea el candidato a gobernador en Carabobo, que los trabajadores de la CVG rechacen sus planes, una simple pregunta de un periodista le saca la piedra, porque ¡cómo los obreros piensan que para ellos cualquier tiempo pasado fue mejor! La clase obrera no cree que vaya camino al paraíso. Chávez supuso que convencería a los sindicatos de la CVG de que vivir peor es vivir mejor; no renovar el contrato colectivo, lo ideal; perder sus conquistas, una maravilla. Esa actitud esquizofrénica recuerda la de los dirigentes del socialismo real, la que provocó el alzamiento de la clase obrera en Polonia. El 14 de agosto de 1980, el electricista Lech Walesa se tornó una figura mundial al encaramarse en una cerca de los astilleros Lenin Gdansk y convertirse en el líder de un movimiento que desmoronaría el comunismo. Walesa cargó una cruz de madera hasta el lugar escogido para homenajear a los mártires de otra revuelta obrera ocurrida veinte años atrás, contra el alza de precios, que causó 45 muertos y la renuncia del jefe del Partido Obrero Unificado de Polonia POUP, Wladyslaw Gomulka, el representante de la vía polaca al socialismo. Walesa fundaría el sindica to independiente Solidaridad con una consigna: La historia nos ha enseñado que no hay pan sin libertad. Es decir, lo mismo que están comprobando los sindicatos venezolanos. El comunismo polaco que decía representarlos no soportó la rebelión abierta de los trabajadores. Algo similar amenaza con suceder en Venezuela, guardando las distancias. Como el Presidente vive aislado, Miraflores se ha convertido en su cárcel, rodeado de...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR