Uno, dos y tres, que paso más chévere

El Bigotón Pánfilo, gritón, insultón, embusterón, fanfarrón, mediocrón, ignorantón y otros ón, involucra a su gobierno y a todos los grupos y fuerzas, del orden o del desorden, en una campaña nacional de terror con la que intenta burlar las consecuencias de una política cambiaria con pasos de conga, que incluye meneadas de rabo intermitentes de Giordani, Merentes y Ramírez, y pasar la culpa a los comerciantes, el últi mo piso de la torta, todo ello con miras a las elecciones del próximo domingo.Los consumidores que hacen colas para adquirir harina de maíz o de trigo, aceite, papel higiénico leche no hay ni haciendo cola realizan compras nerviosas y las reseñas de los medios sobre familias que pasan días cuidando puestos para obtener los ingredientes indispensables para las hallacas son propaganda de guerra, mientras la fiscal más dócil del último medio siglo era costumbre que el Ministerio Público lo ejerciera un independiente de oposición busca a culpables de violar el derecho a la soberanía alimentaria.Que nadie se acerque jamás a amenazar a nuestra patria, voci fera Bigotón en su inútil empeño por desviar su buena parte de culpa en el proyecto de tierra arrasada llevado a cabo en los últimos 15 años nadie lo creía posible en un país de 25 millones de habitantes, capaz de producir cerca de 3 millones de barriles diarios de petróleo, cotizados a un promedio de 100 dólares el barril y...

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