Decisión nº 4E2325-00 de Tribunal Cuarto de Ejecución Los Teques de Miranda, de 7 de Junio de 2005

Fecha de Resolución 7 de Junio de 2005
EmisorTribunal Cuarto de Ejecución Los Teques
PonenteRosa Elena Rael Mendoza
ProcedimientoPrescripcion De Pena

Los Teques, 07 de Junio de 2005

195° y 146°

EXPEDIENTE N° 4E-2325-00

JUEZ: DRA. R.E.R.M.

SECRETARIO: ABG. A.M.D.F.

IDENTIFICACIÓN DE LAS PARTES

PENADO: A.C.L.R., de nacionalidad venezolano, natural de Cumana, Estado Sucre, titular de la cédula de identidad N° V-4.300.328, de profesión u oficio albañil, hijo de C.F.D.L.R. y C.F..

FISCAL: Dr. A.R.B., Fiscal Décimo del Ministerio Público de la Circunscripción Judicial del Estado Miranda con competencia en régimen penitenciario y ejecución de sentencias.

DEFENSA PRIVADA: Dr. A.R..

DELITO: Hurto Calificado; previsto y sancionado en el artículo 455 ordinal 1° del Código Penal.

PENA IMPUESTA: Cuatro (04) Años de Prisión.-

Visto el cómputo de pena practicado por éste Tribunal en fecha 09/08/2000, correspondiente al penado A.C.L.R., titular de la cédula de identidad N° V-4.300.328; del cual se desprende que al prenombrado ciudadano le falta por cumplir de la pena impuesta, un total de tres (03) años, nueve (09) meses y un (01) día.

Al respecto este Tribunal para decidir, previamente observa:

En fecha 04/08/1998, el suprimido Tribunal Primero de Primera Instancia en lo Penal y Salvaguarda del Patrimonio Público de la Circunscripción Judicial del Estado Miranda, dicto sentencia en la cual Condenó al ciudadano A.C.L.R., titular de la cédula de identidad N° 4.300.328, a cumplir la pena de Cuatro (04) Años de Prisión, por ser responsable de la comisión del delito de Hurto Calificado; previsto y sancionado en el artículo 455 ordinal 1° del Código Penal; así como al cumplimiento de las penas accesorias contempladas en el artículo 16 del Código Penal.

En fecha 03/11/1998, el también suprimido Juzgado Superior Primero en lo Penal de la misma Circunscripción Judicial, confirma el fallo condenatorio.

En fecha 13/11/1998, la alzada en referencia, dicta un auto en el cual señala que la sentencia condenatoria proferida, ha quedado definitivamente firme, en consecuencia remite las actuaciones, las cuales fueron recibidas en éste despacho en fecha 09/08/2000.

En esa misma fecha, 09/08/2000, este Tribunal practicó auto de ejecución y cómputo de pena; estableciéndose que el penado A.C.L.R., había cumplido de la pena impuesta un total de Dos (02) meses y Veintinueve (29) días, los cuales cumplió privado de libertad; por lo que se estableció que le falta por cumplir un total de Tres (03) años, Nueve (09) meses y Un (01) día de Prisión.

Cursa del folio 181 en adelante, que se realizaron todas las actuaciones necesarias a fin de localizar al prenombrado ciudadano e imponerlo del cómputo en referencia.

Así las cosas, a los fines de imponer al prenombrado ciudadano del cómputo en referencia se libró infinidades de boletas de citación, dirigidas al lugar de residencia suministrado por éste durante el curso del proceso que se siguió en su contra; no obstante no se logró la localización del penado.

Ahora bien, correspondiendo a este órgano jurisdiccional, de conformidad con el artículo 64, último aparte, del Código Orgánico Procesal Penal, en relación con el artículo 479 ejusdem, velar por la ejecución de las penas y medidas de seguridad impuestas mediante sentencia definitivamente firme, conociendo de todo lo concerniente a la libertad del condenado, la fórmula alternativa de cumplimiento de la pena, las medidas de libertad anticipada, la redención de la pena por el trabajo y el estudio, así como la conversión, conmutación y extinción de la misma.

En ese orden de ideas, dado que el legislador patrio consagró en la normativa sustantiva penal vigente la institución jurídica de la prescripción de la pena, se impone de seguidas precisar las razones que justifican o fundan tal prescripción, los lapsos que se establecen para su verificación, el punto de partida desde el cual comienza a correr el tiempo para dicha prescripción, los motivos que la interrumpen y la excepción que comportan las reglas sobre prescripción de la pena.

En primer término, entre las diversas teorías que intentan explicar la naturaleza de la prescripción, nos encontramos que todas se fundamentan en la necesidad social, sustentada a su vez en la realidad de las cosas y en requerimientos humanitarios que impone fijar un término a la persecución penal, un límite al poder del Estado que no se puede mantener de forma ilimitada en el tiempo. En tal sentido reiterada ha sido la jurisprudencia patria al precisar que, en términos generales, la prescripción penal no es más que la extinción, por el transcurso del tiempo, del ius puniendi del Estado, o sea, la pérdida del poder estatal de castigar en sus dos manifestaciones: la de perseguir los hechos punibles (prescripción de la acción penal) y la de penar a los condenados (prescripción de la pena).

A los fines de la prescripción de la pena, se requiere la existencia de una pena impuesta por sentencia condenatoria definitivamente firme, pasada en autoridad de cosa juzgada, siendo que para que la misma prescriba se hace necesario el transcurso de un cierto lapso, establecido por la ley, sin que la misma sea ejecutada, lo cual hace que cese la coerción penal, y por ende da a tal institución una naturaleza extintiva, liberatoria.

De tal manera que, consagrando nuestro sistema jurídico la institución jurídica de la prescripción de la pena, se impone el análisis de las reglas que la regulan y que son de observancia a fin de determinar si ha operado tal prescripción en el caso en concreto; encontrándose tal normativa prevista en el Código Penal, Libro Primero denominado “Disposiciones generales sobre los delitos y las faltas, las personas responsables y las penas”, Título X intitulado “De la extinción de la acción penal y de la pena”, en tal sentido, el artículo 112, reza:

Las penas prescriben así:

1° Las de presidio, prisión y arresto, por un tiempo igual al de la pena que haya de cumplirse, más la mitad del mismo.

2° Las de relegación a colonia penitenciaria, confinamiento y expulsión del espacio geográfico de la república, por un tiempo igual al de la condena más la tercera parte del mismo.

3° Las de suspensión de empleo o inhabilitación para el ejercicio de la profesión, industria o arte, por un tiempo igual al de la condena, más la cuarta parte del mismo.

4° Las de multa en estos lapsos: las que no excedan de ciento cuarenta bolívares, a los tres meses; y las que pasen de dicho límite, a los seis meses; pero si fueren mayores de dos mil quinientos bolívares, sólo prescribirían al año.

5° Las de amonestación o apercibimiento, a los seis meses.

Se entiende que la pena que haya de cumplirse, a que se refieren los ordinales 1° y 2° de este artículo, es la que resulte según el cómputo practicado por el Juez de la causa.

Cuando la sentencia firme impusiere penas a más de un delito el tiempo para la prescripción se aumentará en una cuarta parte del designado en este artículo para la respectiva pena.

El tiempo para la prescripción de la condena comenzará a correr desde el día en que quedó firme la sentencia o desde el quebrantamiento de la condena, si hubiere éste comenzado a cumplirse; pero en el caso de nueva prescripción, se computará en ella el tiempo de la condena sufrida.

Se interrumpirá esta prescripción, quedando sin efecto el tiempo transcurrido, en el caso de que el reo se presente o sea habido, y cuando cometiere un nuevo hecho punible de la misma índole antes de completar el tiempo de la prescripción, sin perjuicio de que ésta pueda comenzar a correr de nuevo.

Si, en virtud de nueva disposición penal más favorable al reo, fuere menester revisar una sentencia condenatoria modificando la pena impuesta, sólo se tendrá en consideración, para los efectos de la prescripción, la pena que proceda conforme a la nueva disposición legal, la cual tendrá efecto retroactivo en todo lo que fuere en beneficio del reo.

Tampoco se tomará en consideración, para los efectos de la prescripción de la pena, la agravación que debiera aplicarse por quebrantamiento de la respectiva condena.

(resaltado del Tribunal).

De la norma antes transcrita, se aprecia que la prescripción de la pena tiene como punto de partida la existencia de una sentencia condenatoria definitivamente firme, operando tal prescripción transcurrido como fuere el lapso de tiempo expresamente exigido por la ley, atendidas la calidad de la pena y las reglas concernientes al momento a partir del cual corre tal período y los motivos de su interrupción. En tal sentido, el lapso establecido para las penas de presidio, prisión y arresto, de acuerdo al ordinal 1° de la aludida disposición sustantiva, es igual al de la condena que haya de cumplirse más la mitad del mismo.

Ahora bien, a los efectos de determinarse el tiempo de prescripción de la pena en los supuestos de los dos primeros ordinales, aclara el legislador que debe considerarse la pena que haya de cumplirse de acuerdo con el cómputo practicado por el órgano jurisdiccional, implicando ello que no necesariamente coincidirá este tiempo con la duración de pena impuesta en sentencia condenatoria.

Por su parte, la prescripción de la pena presupone que la misma no se haya cumplido o no se haya cumplido totalmente, empezando a correr el tiempo para la prescripción de la condena, de acuerdo al instrumento sustantivo penal, desde el día en que quedó firme la sentencia o desde el quebrantamiento de la pena, si hubiere ésta comenzado a cumplirse, por tanto, prevé el Código Penal dos hipótesis distintas, a saber: que la pena no se haya ejecutado nunca o que haya comenzado a ejecutarse y se haya quebrantado su cumplimiento.

Luego, en cuanto a la interrupción de la prescripción de la pena ésta sólo tiene lugar, quedando sin efecto el tiempo transcurrido, por dos motivos: en el caso de que el reo se presente o sea habido, y cuando cometiere un nuevo hecho punible de la misma índole antes de completar el tiempo de la prescripción, sin perjuicio de que ésta pueda comenzar a correr de nuevo. Igualmente, debe precisarse que de operar la prescripción de la pena, la consecuencia fundamental para la persona del condenado es la de extinguirse aquélla y, consecuencialmente, liberarse de responsabilidad penal, y pese a no preverlo expresamente la norma, obvio resulta que habiendo prescrito la pena principal, y por tanto extinguida ésta, tal suerte siguen las penas accesorias.

Ahora bien, en justa correspondencia con el derecho invocado, aprecia quien aquí decide que en el caso sub exámine fue dictada sentencia condenatoria en contra del ciudadano A.C.L.R., mediante la cual le fue impuesta pena principal de Cuatro (04) Años de Prisión, así como las accesorias de ley, por ser responsable del delito de Hurto Calificado; previsto y sancionado en el artículo 455 ordinal 1° del Código Penal; de igual forma, cursa auto de ejecución y cómputo de pena practicado en fecha 09/08/2000, en el que quedó establecido que al prenombrado penado, le falta por cumplir una parte de la condena impuesta; siendo el caso que de la revisión de las actuaciones se desprende que se encuentra lleno otro de los presupuestos requeridos para que opere la prescripción, esto es, que la pena impuesta en la sentencia no se haya ejecutado antes, por cuanto el ciudadano antes identificado, si bien permaneció privado de su libertad durante un lapso de tiempo de dos (02) meses y veintinueve (29) días, estuvo en tal situación durante el curso del proceso, y no luego de dictarse el fallo condenatorio, razón por la cual nos encontramos ante el primero de los supuestos que refiere el tercer aparte del artículo 112 del Código Penal, conllevando ello a que la determinación del día a partir del cual empieza a correr el tiempo para la prescripción de la condena sea aquél en que quedó firme la sentencia, que en el caso de marras corresponde al día 13/11/1998, en tanto que tal tiempo de prescripción de la pena, de conformidad con lo previsto en el primer aparte de la aludida disposición legal, se establece tomando como base la pena que estaba de pendiente cumplimiento, la cual en el caso en análisis, según el cómputo practicado, es de Tres (03) años Nueve (09) meses y Un (01) día ; en consecuencia se constata que para la presente fecha ha transcurrido más del tiempo necesario y suficiente para que opere la prescripción de la pena impuesta al ciudadano A.C.L.R., esto es la pena que falta por cumplir, más a mitad de la misma, la cual corresponde a cinco (05) años, siete (07) meses, dieciséis (16) días y doce (12) horas; razón por la cual, la prescripción se verificó el día veintinueve (29) de Junio del año dos mil cuatro (2004), sin que se diera ninguno de los casos expresamente establecidos por el legislador en el cuarto aparte de la norma en referencia para la interrupción del tiempo de la prescripción de la pena.

En virtud de todo lo antes expuesto, se DECLARA la prescripción de la pena de prisión impuesta en fecha 04/08/1998, por el suprimido Tribunal Primero de Primera Instancia en lo Penal y Salvaguarda del Patrimonio Público de la Circunscripción Judicial del Estado Miranda, al ciudadano A.C.L.R., titular de la cédula de identidad N° 4.300.328; razón por la cual, igualmente se DECLARA la extinción de la pena impuesta, así como la responsabilidad penal del condenado, en la causa signada con la nomenclatura 4E22325-00, cursante por ante este órgano jurisdiccional, la cual atañe al delito de Hurto Calificado; previsto y sancionado en el artículo 455 ordinal 1° del Código Penal, y en consecuencia, se acuerda su libertad plena; todo de conformidad con lo dispuesto en el artículo 112 ordinal 1º del Código Penal, en concordancia con lo establecido en el artículo 479 numeral 1 del Código Orgánico Procesal Penal. Y así se declara.

DISPOSITIVA

Por los razonamientos anteriormente expuestos, este Juzgado de Primera Instancia en Funciones de Ejecución N° 04 del Circuito Judicial Penal de la Circunscripción Judicial del Estado Miranda con sede en la ciudad de Los Teques, administrando Justicia en nombre de la República Bolivariana de Venezuela por autoridad de la Ley, decide: ÚNICO: Se DECLARA la prescripción de la pena de prisión impuesta en fecha 04/08/1998, por el suprimido Tribunal Primero de Primera Instancia en lo Penal y Salvaguarda del Patrimonio Público de la Circunscripción Judicial del Estado Miranda, al ciudadano A.C.L.R., de nacionalidad venezolano, natural de Cumana, Estado Sucre, titular de la cédula de identidad N° V-4.300.328, de profesión u oficio albañil, hijo de C.F.d.l.R. y C.F.; razón por la cual, igualmente se DECLARA la extinción de la pena impuesta, así como la responsabilidad penal del condenado, en la causa signada con la nomenclatura 4E2325-00, cursante por ante este órgano jurisdiccional, la cual atañe al delito de Hurto Calificado; previsto y sancionado en el artículo 455 ordinal 1° del Código Penal, y en consecuencia, se acuerda su libertad plena; todo de conformidad con lo dispuesto en el artículo 112 ordinal 1º del Código Penal, en concordancia con lo establecido en el artículo 479 numeral 1 del Código Orgánico Procesal Penal.

Notifíquense a las partes, conforme al contenido del artículo 175 en su único aparte de la norma adjetiva penal.

Líbrese oficio al Presidente del C.N.E., así como al Director de Prisiones del Ministerio de Interior y Justicia, Oficina de Antecedentes Penales, informando el contenido del presente fallo.

Regístrese, publíquese y déjese copia certificada. Cúmplase.-

La Juez de Ejecución N° 4

Dra. R.E.R.M.

La Secretaria

Abg. Alma Monsalve de Fuenmayor

Seguidamente se dio cumplimiento a lo ordenado. Y así lo certifico.

La Secretaria

Abg. Alma Monsalve de Fuenmayor

Expediente N° 4E2325-00

RER/rer

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR