¿Son o se la echan?

Es difícil en un análisis éticoadministrativo calificar de revolucionarios a unos subvencionados por el Estado que se deslizan de un lugar a otro sin consecuencias a pesar de mostrarse con gran incapacidad para el desempeño de sus funciones, las cuales son caracterizadas por el despilfarro y la malversación como si fueran los fondos públicos en sus manos atributos para el usufructo personal sin control fiscal, y tan siquiera políticamente sujetos a sanciones. Aquí el revolucionarismo no es compatible con la aptitud personal ante las circunstancias y más bien permite excluirse de la realidad para el aburguisa miento donde por la vía del llamado en criollo guiso hacerse de fortunas para diferenciarse del trabajador, el cual sí se conduce como héroe para sobrevivir en un mundo de penurias.Mientras el volumen de su salario es la medida del consumo de Juan Pendejo y familia y la mayoría de los bienes materiales se distribuyen entre los miembros de la sociedad en función no siempre del trabajo que aportan al producto social, existe una nueva clase cuyos ingresos no están en consonancia con su aporte al producto social y por el contrario su condición de burócratas les retribuye su impro ductividad en una distorsión al trabajo creador. El socialismo en nuestro caso funciona para la burocracia militar la cual percibe un sueldo nominal...

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