Eco y el caballo

Las fotos del funeral de Umberto Eco en Milán fueron más que el registro periodístico de una despedida. Mientras revisaba en la redacción esas imágenes empecé a darme cuenta de que había en ellas algo, una circunstancia, que habría sido inconcebible sin Eco, pero que en cierto modo lo sobrepasaba.Pero creo que sucede otra co sa: los lectores que se reunieron en el patio del Castello Sforzesco no despedían sólo a un autor.Sospecho que el motivo por el que Eco optó para su funeral ese preciso lugar respondía a motivos de orden no meramente sentimental. En Milán, me alojé hace tiempo en un departamento y sabía que Eco vivía cerca, pero no tenía ni su número de teléfono ni su dirección ni nada. Tampoco me lo crucé en la via Dante, donde a él le gustaba ir a tomar café o whisky.La belleza de Milán fue tam bién para mí la belleza de las ausencias, y entre ellas, hay una que es la mayor de todas: la que oculta el propio Castello Sforzesco. La Torre del Filarete es un imán que está para atraernos hacia el patio del castillo, el lugar del funeral de Eco.Una historia recorre ese patio.En 1489, se supo que...

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