Edgar Ramírez se mimetiza en el contradictorio Carlos

Ilich Ramírez, Carlos, es el patético James Bond de los perdedores de la Guerra Fría, que desde su encierro perpetuo en Champagne defiende las proezas de Osama bin Laden y clama por una tajada de la taquilla de "su" película.

Hasta en una novela humorística, la brillante El terrorista de Otrova Gomas, se palpa la fascinación que despertaron las contradicciones del paladín venezolano de la revolución mundial y la liberación palestina que fumaba habanos de la reserva de Fidel Castro o toqueteaba con la lengüeta de una granada las partes íntimas de alguna guerrillera.

La versión condensada de la miniserie-filme que puso al actor Edgar Ramírez en la órbita de los Globos de Oro y los premios César, Carlos, se estrena el viernes en Venezuela y será cualquier cosa menos territorio libre de humo de tabaco.

Las presentaciones de la cinta del director francés Olivier Assayas han terminado siendo casi tan numerosas como los pasaportes falsos de Ilich Ramírez. La producción franco-germana se estrenó como miniserie de televisión de 3 partes de un total de casi 6 horas; se mostró en el Festival de Cannes 2010, también en una...

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