Educación sin futuro

El debate está en la calle, pero no se trata de algo tan frío como el proyecto de presupuesto. De lo que se habla sin cesar es de la Resolución 058, que establece, entre otras cosas, la creación de los consejos educativos y prácticamente la eliminación de las sociedades de padres y representantes. La idea de que el tipo de educación que recibirán nuestros hijos dependerá de personas que nada saben de pedagogía, y que además no son parte interesada, asusta a cualquiera.

Desde temprano, cuando los niños aún son bebés, los padres comienzan a estudiar las posibilidades que tienen para su futura educación. Muchos son los factores que se evalúan para tal escogencia. Eso, en lo que respecta a las instituciones privadas.

Los que escogen por los colegios públicos tienen muchas menos opciones, y casi siempre la decisión está determinada por la disponibilidad de cupos.

Que las escuelas se relacionen con su entorno no es una idea nueva. Desde el principio del largo gobierno chavista se hicieron ajustes para que las instalaciones educativas albergaran actividades de la comunidad vecina en horarios diferentes a los regulares de las clases.

Pero la educación y las políticas educativas de un país que se dice en desarrollo deberían centrar sus esfuerzos en educar para el futuro, en tomar a los niños y formarlos para que sean adultos útiles a sí mismos y a la sociedad venezolana.

Lo que debe procurar un gobierno que realmente se preocupe por el futuro de un país es que todos, en instituciones públicas o privadas, reciban una educación de calidad.

Las escuelas no están ni deberían estar para tapar la ineficiencia gubernamental; no deben ser refugio para damnificados a los...

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