Efecto contraste

Entonces enfrentaba el pesado trámite de escribir una tesis de doctorado y todas las mañanas, para despabilarme, prendía la radio en la misma estación, France Info, desde la que oí, por ejemplo, la noticia del triunfo contundente de Hugo Chávez, el oficial puts chiste de febrero de 1992, en las elecciones presidenciales venezolanas de diciembre de 1998. Las menciones a Venezuela en los medios de comunicación franceses eran tan esporádicas y fugaces que yo siempre las vivía como un asombro que enseguida mutaba en duda. Lo que imperaba entonces, aparte de crónicas sobre la guerra en Chechenia, eran partes más o menos reconfortantes sobre el estado de la economía, que durante mis años en Francia registró un crecimiento interanual de alrededor de 3%, 4% en 2000 en 2008 estos porcentajes se desplomaron a 0,32%. El país reorganizaba su régimen laboral con la reducción de la semana de trabajo a 35 horas, medida que, así como hablaba de una solvencia relativa, buscaba ampliar la oferta de empleo en ciertas categorías ocupacionales, sobre todo administrativas. Francia se felicitaba del incre mento de sus números en materia turística. Sin embargo, nada es perfecto, no faltaban manifestaciones convocadas por los principales sindicatos del país. Las condiciones distaban de ser ideales. El desempleo, cercano a 11%, era el más elevado de Europa; mi primer invierno allá, en 1995, estuvo marcado por la huelga ferroviaria que, durante más de tres semanas, dejó sin transporte a la clase media y trabajadora de los suburbios. No obstante, yo personalmente no me creí demasiado la alharaca: la manifestación de calle es una institución bien française que cuenta con sus protocolos de convocatoria, sus amenidades complementarias y su logística de aseo urbano. Algunos jóvenes franceses se entrenan en la política en ese ambiente; otros encuentran allí el pretexto de una vida social en la que la costumbre de la polémica anticipa los aperitivos de la camaradería y los roces del flirteo. El segundo período de Bill Clin ton en la Casa Blanca se caracterizó por una...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR