Einstein y los Brics

Decía unos de los grandes genios reconocidos de la humanidad: Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo. Eso lo habría reiterado Albert Einstein al escuchar los preclaros conceptos emitidos por los voceros de los Brics para argumentar la trascendencia de la nueva propuesta de las economías emergentes para redirigir el curso de los acontecimientos mundiales. Vladimir Putin definió el club como un instru mento político para cambiar el orden mundial establecido, pero en la ocasión del encuentro de Durban, el Presidente ruso no fue más lejos que adelantar una propuesta idéntica a otros esfuerzos históricos para establecer una dinámica global más justa. Nada nuevo, en realidad.No fue sino politiquería ordi naria lo que estos cinco países desplegaron ante el mundo que los seguía atento no sólo por la dimensión de estas naciones de singular dinámica interna, sino por la esperanza de que en tal cita estratégica se gestara un redireccionamiento inteligente y eficiente para los urgentes conflictos que amenazan las finanzas y la paz global. El discurso de Brasil, Rusia, India, China y Suráfrica no fue novedoso, ni el mecanismo creado se diferencia de lo ya existente en materia de asistencia al desarrollo, sino en su subido tono populista.La pregunta que hay que hacer al analizar los magros resultados de tan cacareado esfuerzo estratégico es si cada una de las naciones Brics, aquejadas de ingentes problemas sociales por resolver en lo doméstico, andan en pos de un más fuerte liderazgo de cara...

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