Elecciones tipo zombi

El fraude electoral está en esa zona zombi que no genera emociones sino bostezos; es una farsa que todo el mundo reconoce como tal. Sin embargo, hay una especie de convención entre los participantes para hacerse los locos, como si de verdad creyeran en lo que dicen.Maduro asegura concurrir a unas elecciones mediante un inmenso esfuerzo, y que al apelar a su proverbial talento y a la ayuda del medio salario de sus partidarios, ganaría con el espontáneo apoyo de las masas que vibran de patriótica euforia para acompañar a su líder. Desde luego, nadie ni cuerdo ni chiflado cree en esto.Se sabe que los potingues del laboratorio electoral de las la dies del CNE ya tienen el componente alquímico que produce votos con la frecuencia y el aroma de los flatos. El régimen necesita esa bufonada como un elemento de su propaganda en esta etapa mortuoria.Véase a los concurrentes a los eventos de Maduro con su inocultable cara de constipación y desagrado más elocuentes que cualquier análisis.El fracaso inevitable del tea tro del diálogo, en sus versiones I, II, III y IV, con los avechuchos Zapatero y Samper incluidos, debería haber sido suficiente para no querer concurrir a una nueva comedia electoral. No fue suficiente.Tuvieron que venir las elecciones de gobernadores y de alcaldes para confirmar lo que sabían venezolanos y extranjeros, con excepción de un grupito de dialogantes ahora en gira por el planeta Tierra: la vía electoral...

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