El Emergente

La seguidilla que comenzaron los Tigres en 2002 está llena de curiosidades. En estas nueve finales se han medido con casi todos los equipos de la liga: tres veces contra los Leones, dos contra los Navegantes, dos contra los Caribes y una contra los Cardenales y los Tiburones. En una década sólo les ha faltado dirimir la final contra las Águilas y los Bravos antes Pastora. Durante este tiempo, Caracas es el club con más presencias en la serie, después de los rayados: cuatro, menos de la mitad. Buddy Bailey no ha sido el único manager de la cadena. Bill Plummer estuvo al frente del primero de los finalistas, el que perdió con Magallanes y que estaba liderado por Wiklenman González, Roberto Zambrano, Rubén Salazar, Víctor Zambrano y Richard Garcés. Todas esas figuras fueron enviadas a otras escuadras, progresivamente; la rebelión contra Plummer antes del quinto partido contra los turcos, en Maracay, fue el verdadero punto de inflexión en la franquicia: derivó en la contratación de Bailey para la zafra 2002-2003 y en la determinación de la directiva de construir una escuadra de soldados, dispuestos a aceptar las reglas que esta suerte de sargento estadounidense llevó a la práctica. Los Tigres disputaron 44 encuentros de final entre enero de 2002 y el lunes, con 25 victorias y 19 derrotas. Pero el mejor de todos los equipos de la dinastía nunca jugó una serie. Fue la divisa de la temporada interrumpida por...

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