Obispo Emérito de Carora insta a Chávez a 'reparar' las injusticias cometidas

El Obispo Emérito de Carora, Eduardo Herrera Riera, dirigió una carta al presidente de la República Hugo Chávez, acerca de las "graves injusticias" cometidas durante su Gobierno, así como las "múltiples" expropiaciones, su "inexplicable prédica de odio y de violencia" y su "negligencia para enfrentar la corrupción que impera en el país.

A continuación, la misiva completa:

"Se dirige a Ud. este anciano Obispo Emérito de Carora con 84 años acuesta, que además padece las graves consecuencias de un fuerte tratamiento de quimioterapia y de radioterapia, que me han dejado extremadamente débil por haber rebajado 16 kilos de peso. Soy como un esqueleto ambulante, que no se puede movilizar por sí solo, llevándome siempre en silla de ruedas. Todo eso me da la seguridad de que mi muerte está muy cercana. De todo esto podrá deducir la sinceridad y el sano deseo que me mueven para hablarle con la mayor claridad...

Hay una frase de Jesús en el Evangelio, que por cierto la acaba de citar el Cardenal Urosa en Televisión, que dice: "No todo el que dice Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que cumple la voluntad de mi Padre Celestial". Ud. ha dado diversas demostraciones de fe y de confianza en Dios, llamándolo "Diosito mío", abrazando y besando Crucifijos, visitando el Santuario del Santo Cristo de La Grita y muchas otras cosas por el estilo. Si todo eso se hace con sinceridad, es muy laudable y se lo aplaudo; pero, lamentablemente, eso no basta para recibir el perdón de Dios y entrar en el Reino de los Cielos.

Es estrictamente necesario, además, reparar el mal y las injusticias que se le han causado a las personas y a las instituciones, y que Ud. llevado por su soberbia, las ha cometido en innumerables ocasiones. "El gran pecado" llama la Sagrada escritura a la soberbia, y eso fue lo que llevó al bellísimo y poderoso Arcángel Luzbel a rebelarse y querer emular el poder de Dios, alzándose contra Él, junto con un grupo de ángeles que le siguieron en su loca empresa. Pero Dios envió contra ellos al poderoso Arcángel San Miguel, que les presentó batalla y los venció enviándolos a los terribles y eternos sufrimientos del Infierno.

Desde entonces Luzbel, que ahora se llama Satanás y que no ha perdido sus dotes de inteligencia y poder, no cesa de trabajar por llevar a su Reino a todos los humanos que desprecian el infinito amor y misericordia de Nuestro Padre Dios.

Como le decía, Señor Presidente, Ud. ha cometido muchas y muy graves...

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