Emoción y solidaridad arroparon al Papa durante su último Ángelus

Bajo un cielo nublado, banderas de países de todo el mundo y pancartas con mensajes de apoyo, la emoción y el respeto impregnó ayer la plaza de San Pedro en el Vaticano, abarrotada por decenas de miles de personas deseosas de atender al último rezo del Ángelus del papa Benedicto XVI. El pontífice anunció que se dedicará a la oración y a la meditación luego de su histórica renuncia, aunque precisó, con voz entrecortada, que eso no significa que se distanciará de la Iglesia. En este momento de mi vida siento que la palabra de Dios está dirigida a mí. El Señor me llama a dedicarme aún más a la oración y a la meditación, pero eso no significa que abandonaré a la Iglesia, recalcó emocionado ante unas 100.000 personas que le interrumpieron en varias ocasiones con aplausos y gritos. Roberta Santigati, pertene ciente al grupo juvenil católico Padre Pío que portaba una de las pancartas más grandes con un curioso lema: Benedicto XVI de nuevo, consideró que lo lógico sería que Ratzinger se postulase como cardenal y, en caso de ser elegido, sería un signo inequívoco de la voluntad de Dios y de la misión pastoral que le ha sido encargada al pontífice alemán. En el centro de la plaza de San Pedro, otro grupo de jó venes entonaron cánticos muy rítmicos y alegres sentados en el suelo y dirigidos por la batuta de un hombre mayor. Eran miembros de la asociación Comunión y Li beración, procedentes de todos los puntos de Italia, que habían llegado a San Pedro para despedirse de Benedicto XVI y que, según confesaron, se sentían tranquilos por Ra tzinger porque ahora era un hombre libre. Un grupo de chilenos que con banderas de su país no pararon de animar y de lanzar mensajes de apoyo al pontífi ce para agradecerle su deseo de crear una iglesia...

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