Emociones del deportista y del aficionado

Por mucho que se re-pita un mensaje, el receptor no necesariamente va a es cucharlo y menos a aprenderlo, en especial si implica un cambio de conducta. En los momentos importantes, tanto en los buenos como en los malos, a los deportis tas y entrenadores o managers les gana la tentación de tratar de decirles a los aficionados cómo deben comportarse, cómo necesitan pensar. En la mayoría de los casos, por no decir todos, es tarea inútil.Las emociones pueden ser volubles e incluso extremas ante un mismo personaje.Lance Armstrong despertó la admiración de millones en el mundo, era reverenciado con fervor por muchos otros, y ocasionó una reacción contraria apenas se confirmó que había engañado a todos con un sofisticado sistema de dopaje durante años. Imagine qué ocurriría, por ejemplo, si alguna gran estrella venezolana fuese culpable de algo si milar en las grandes ligas.En los deportes y sobre todo en el fútbol, el público responde ante lo que ve y en muchos casos de manera extrema. Si un equipo anda mal, las críticas y quejas llegan de forma natural desde las gradas, mientras que las victorias y las buenas jugadas arrancan aplausos sin necesitar intermediarios como los medios de comunicación, que muchas veces son acusados de lado y lado.En específico por el público, por no criticar lo suficiente a los protagonistas cuando les va mal o no resaltarlos más cuando les va bien; o por los actores del juego al pretender que Los medios de comunicación intenten forzar el cambio de visión en los afi cionados cuando la situación es comprometida o los convoque en masa y convierta en fieles adeptos cuando las alegrías son frecuentes. Tal manipulación es imposible.No sería malo recordarlo cuando se reanuden las eliminatorias al Mundial Brasil 2014. Venezuela, con la mejor oportunidad que ha tenido alguna vez de asistir a la gran cita, se jugará todo en los próximos partidos, y eso será motivo de alegría y tensión para todos. Pero cómo reaccione el público sólo dependerá de los estímulos que reciba, de lo...

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