«Me encantaría hacer una película sobre lo que pasa desde 1998»

Salir al baño en plena función de cine es para Miguelángel Landa la única violación concebible de un rito que le resulta sagrado. Le pasó que, al abandonar momentáneamente un recinto del Trasnocho Cultural durante una proyección de La dama de hierro, escuchó aplausos en una sala contigua: eran para el final de El manzano azul, la película venezolana que le devolvió del destierro de una pantalla donde ha alcanzado estatura arquetípica. Siempre ha sido muy extraño ver a la gente aplaudir en una sala de cine, recuerda el actor de El pez que fuma, porque en este caso prácticamente los realizadores de la obra de arte nunca están presentes para escuchar el tributo. Landa, que se confiesa un hombre emocionalmente mil veces más frágil que la estampa viril de sus filmes, planea dirigir y protagonizar pronto la cinta policial Mi amigo Juan, su segunda experiencia como realizador luego de Los años del miedo 1987. --Un sobreviviente en primera línea del boom del cine venezolano de los años setenta y ochenta... ¿Cómo vive la era del DVD quemadito? --En La Pastora, donde yo nací, había cuatro cines: el Pastora, el Granada, el Plaza y el Roma. Estaban relativamente cerca y eran la gran diversión semanal. No existía la televisión. Podías salir a las 11:00 de la noche del cine, irte caminando a tu casa 10 o 12 cuadras y no te pasaba nada. El precio era muy bajo. Ahora, para ir al cine, lo piensas. Es cariñoso. Incluso ha habido casos de atracos dentro de algunas salas. Ver una película hoy significa ir al Tolón, al Sambil, al Trasnocho, al Concresa, al Líder. Todos están en centros comerciales. No hay salas como el Olimpo o el Broadway, a las que me encantaba ir. Entonces se ha perdido un poco esa magia que ocurre cuando se apagan las luces, todo queda oscuro y aquella pantalla blanca de 40 metros se prende. Hay gente que tiene una televisión con 70 canales que le ofrecen no sé cuantas películas diarias. Compras un DVD en plena vía en cualquier autopista, lo ves y lo detienes cuando quieras. Pero los que somos cinéfilos no dejamos de ir al cine. Me emociono cuando hay un festival español, francés o estadounidense independiente. Muchísima gente ha luchado y sigue luchando por nuestro cine venezolano. Entre ellos, yo pongo mi granito de arena. --Como espectador, ¿le gustaría ver una película venezolana que interpretara lo que ha ocurrido desde 1998 en Venezuela? ¿O no estamos preparados aún? --Me encantaría. En la vida, llegaste en el momento justo, o...

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