Un enorme desafío

El partido Copei y otras fuerzas políticas han iniciado una acción para abordar el tema de la transición después del 7 de octubre. Un asunto que ahora cobra mayor importancia ante la perspectiva de una victoria de la alternativa democrática que representa Henrique Capriles Radonski. Resulta claro que restablecer la legalidad democrática es un prerrequisito para que un nuevo gobierno pueda reencauzar la vida nacional. La transición venezo lana además se dará en circunstancias especiales y si se quiere inéditas en América Latina. Ella no surgirá de un acto de fuerza, de una ruptura traumática del orden establecido, tampoco como consecuencia del agotamiento del modelo que se va a sustituir ni sería el producto de un cuadro extremo de ingobernabilidad. Comenzaría curiosamente con reglas del juego compartidas a cabalidad, de tal manera que es tan legítimo el mandato que reciba un nuevo Presidente como legítimas son las instituciones que deben ser cambiadas. Tampoco se trata de la clásica sustitución de la dictadura por la democracia tan común en nuestros países y que generalmente se resuelve por la vía de las constituyentes y las reformas constitucionales. El mo delo que se impone sustituir tampoco es el tradicional régimen militar basado solamente en las armas y la negación de la libertad sino que se trata de un régimen militarista, pero todavía con innegable apoyo popular; además de ser una expresión del neototalitarismo, cuyos regímenes...

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