La ópera entra por los ojos a través del pincel de Jacobo Borges

Si hay un término que define a Jacobo Borges a la perfección es el de pintor. Aunque se ex prese en otros medios, su trabajo evocará siempre al gesto del pincel sobre el lienzo. Sin embargo, durante casi toda la vida ha prestado su genio al teatro, en el que ha destacado como escenógrafo. No participaba en un montaje desde la muerte de José Ignacio Cabrujas, pero cuando pisó por primera vez el Teatro de Chacao, su vieja pasión por las tablas se avivó. En esta ocasión, vuelve con La tempestad, un concierto visual en el que su hija, la soprano Ximena Borges, llevará, literalmente, la voz cantante. Ximena Borges se define a sí misma como mozartiana. Es por ello que articuló una pieza Âque combina texto, música, videos y pintura sobre la base de extractos de óperas del llamado genio de Salzburgo y del alemán Georg Friedrich Händel. La propuesta trasciende lo musical: la joven aparece en escena, mientras su voz se funde con los bosques, los pigmentos, los videos y la libre figuración que concibió su padre. La cantante lírica asegura que quiso romper con el esquema tradicional del concierto de música clásica para acercar el género operístico al público general: La música clásica y la ópera son vistas como algo que sólo disfruta una élite, pero la verdad es que la oímos todo el tiempo. Está muy presente en el cine, donde es el sonido de los violines el que desata las lágrimas en los espectadores. Como somos cada vez más visuales es difícil para la gente plantarse frente a una...

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