El equilibrio de la Vinotinto

Hace tiempo que Lino Alonso no levanta la voz. Él prefiere hablar pausado, con ese acento español que aún se resiste a perder. La barba totalmente blanca delata que los años han pasado y que le han enseñado que la paciencia es un buen camino. Yo sé que tengo autocon trol. Me corresponde ser una persona que vea las cosas con tranquilidad, dice el asistente de un técnico como César Farías, dueño de un carácter muy fuerte. Uno representa al Yin, y el otro al Yang, pero juntos forman el corazón del cuerpo técnico de la Vinotinto. Para Alonso los papeles que toman cada uno nacen de forma natural: No es que sea un personaje mutado ni nada. Es una forma de integrarnos, no todos podemos ser iguales, una cosa es tener la misma idea, el mismo objetivo pero siempre hay una característica personal e individual. Son ingredientes que juntos forman el equilibrio necesario. La palabra calmada de Alonso y el verbo mucho más encendido de Farías. Con el tiempo él se ha ido temperando un poco, ya no es tan explosivo como cuando estaba dirigiendo en clubes, ni tan agresivo, no ha tenido más episodios así, mas bien se ha ido moderando. Quizás no estoy en el lugar adecuado para decirlo, pero ha tenido un esfuerzo para mantenerse equilibrado, eso me consta. Para Alonso, el cambio de temperamento de Farías es muestra de una evolución, aunque asegura que puertas adentro, el ambiente siempre ha sido de conciliación. Nosotros también tenemos trabajo en mesa, y ese tipo de cosas no se ven. Ahí uno expone sus ideas y la gente no tiene...

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