La equivocada tesis de la renta petrolera

La tesis de que somos una economía rentística tiene con secuencias muy negativas en términos prácticos. El origen teórico, curiosamente, tiene pedigrí tanto a la izquierda como a la derecha.Para los marxistas la renta es un término hasta peor que el de plusvalía y para los economistas neoclásicos resulta equivalente a un pago excesivo, por encima de lo que sería el resultado de una economía competitiva. Y es que en una economía real no existe nada parecido a un resultado en el que los factores reciben el equivalente a sus productividades. Más bien lo que mueven las economías es un proceso muy intenso de búsqueda de rentas. La idea de la renta, para decirlo en palabras sencillas, pareciera sugerir el pago de una remuneración exagerada, por encima de lo merecido de acuerdo con el pago de su productividad o costo.Parte del problema está en cómo se define la estrategia petrolera. El origen de la renta puede ser discutible y fortuito, como es el caso de la localización, pero mantener esa ventaja exige un esfuerzo muy importante en materia de inversiones. Es el caso del jugador de básquet con condiciones muy especiales, pero que tiene que dedicar interminables horas de entrenamiento en el gimnasio.¿Qué se necesita para que la economía venezolana se convierta en una potencia? No mucho. No es necesario un equipo de notables economistas para descubrir que la clave está en el petróleo. Pero una interpretación muy perniciosa, que se desprende de esa idea de la economía rentística, es que disfrutamos de una ganancia sin que hubiésemos hecho nada para merecerla. Es algo así como que Michael Jordan se sintiese avergonzado de sus dones naturales y en consecuencia se negase a tener una rutina endemoniada de entrenamiento. La idea de la economía rentística, parasitaria...

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