Es aún mayor

Es grande, sí, la deuda, y no me refiero necesariamente ni sólo a la externa que se mide en miles de millones de dólares, con el país estrangulado e hipotecado, sino a la personal del presidente Chávez con Venezuela. Una vez enumerados en artículo anterior varios ejemplos de lo que adeuda por concepto de daño, sustracción y despilfarro de bienes materiales del patrimonio nacional, protagonizados por él y sus secuaces; he decidido continuar en mi ejercicio de cobrador a nombre de los intereses nacionales, puesto al servicio del país y en su defensa, empeñado como debemos estar, en la digna recuperación del mismo. Tenemos suficientes razones para pensar, o al menos sospechar, que ha sido una actitud calculada la suya del abaratamiento del valor de la vida humana, a nombre de rebajar anticipadamente el monto real de su deuda. ¿Cómo cuantificar sobre todo en su elevada significación la sangre humana que ha teñido profusamente nuestras calles, en relación con el despliegue de él en lo político, la fanatización de motorizados armados y entrenados por decisión suya y en uso de los dineros de la nación; la creación de pandillas que han contribuido a elevar el grado de criminalidad, con altas cifras de homicidios, secuestros y violaciones, a niveles que espantan al mundo? ¿Cuántos seres humanos asesinados, desde el propio acto inicial del conato de golpe de Estado con el que se dio a conocer? ¿Cuántos francotiradores instruidos para dispa rar desde azoteas contra multitudes opositoras? y ¿cuántos pistoleros vistos y hasta filmados en plena ejecución de su acción homicida, no sólo con impunidad garantizada sino con reconocimiento de haber actuado heroicamente ante los desestabilizadores?; ¿cuál el costo en vidas y dinero del apoyo a las FARC y del suministro de uranio a Irán? Y en los cuarteles ¿qué de los soldados abalea dos o quemados en celdas?, ¿qué de su imposición allí...

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