Escoltas y vigilantes en la mira del hampa

Los delincuentes también han encontrado en los vigilantes y escoltas privados una fuente para obtener armas de fuego. El riesgo para las personas que desempeñan este oficio se ha incrementado en los últimos meses. Solamente en Caracas se han reportado cinco homicidios este año, en los que las víctimas custodiaban un local o escoltar a una personalidad. En el último caso murió Darwin Ruiz Barón, de 25 años de edad, quien cuidaba el Centro Hípico Sport Book y Bar Punta Verde, ubicado entre las esquinas de Ferrenquin y Cruz. El consultor y ex presidente de la Cámara Nacional de Vigilancia y Protección, Carlos Pérez Barrios, cree que la víctima era en realidad un policía, activo o jubilado, que trataba de mejorar sus ingresos mensuales como sereno en el local. Al hombre lo despojaron de una pistola Beretta 9 mm, cuyo uso no está permitido por el Ministerio de Relaciones Interiores para los oficiales de seguridad privada. Pérez Barrios dijo que los dueños de empresas cometen un error cuando contratan como vigilantes a personas cuya única credencial fue haber llevado un uniforme policial. "El MRI debería chequear esta situación. Si lo hacen, en 99% de los casos encontrarán que las armas usadas para trabajos de protección no están permisadas", señaló.

Sin entrenamiento. El representante para Venezuela de la Sociedad Interamericana de Guardaespaldas, Omar Fernández, señaló que los ex policías generalmente carecen de los conocimientos necesarios para realizar trabajos de vigilancia en instalaciones o proteger personalidades. "Los escoltas y vigilantes no son policías, y viceversa. Los primeros están formados para la evasión, no para el enfrentamiento. El policía, en cambio, va a la detención", dijo. Fernández señaló que los agentes, activos o jubilados, generalmente colocan sus motos frente al local que vigilan, y también se exhiben con sus armas. En su criterio, esto llama la atención de los hampones, en especial si buscan armas de fuego. Lo que aparentemente es una fortaleza se convierte en debilidad. Señaló que las nuevas técnicas de vigilancia y protección evitan la ostentación de las armas. La pistola debe "invisibilizarse", aunque eso implique un tiempo adicional a la hora de desenfundarla. "No se debe buscar a un buen tirador. Cuando un escolta o vigilante participa en un enfrentamiento, el objetivo no está a más de cinco metros de distancia. Lo principal es el sentido común, tener todos los sentidos activados. Creo que los vigilantes en...

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