El espejo de Rayma

¿Qué hago detrás de los ojos? Rafael Cadenas Un espejo es toda superficie lisa y pulimentada capaz de ref leja r los rayos luminosos. Según la forma de la super f icie pueden ser planos o curvos esféricos, parabólicos, etc.. Hans-Gerog Gadamer fi lósofo alemán, 1900-2002 dice lo siguiente: Ser el mundo invertido de la inversión de mundos significa exponer o re-presentar a contrario lo inverso de y tal es, ciertamente, el sentido de toda sátira.... Del cuadro Las Meninas 1656 de Velázquez, explica Michel Foucault que permitió el conocimiento de las cosas visibles e invisibles, dirigió el arte de representar. La pintura imitaba el espacio. Y la representación ya fuera fiesta o saber se daba como repetición: teatro de la vida o espejo del mundo. En A través del espejo y lo que Alicia encontró allí 1871, Lewis Carroll nos cuenta que Alicia se pregunta cómo debe ser el mundo al otro lado del espejo de su casa, y se sorprende al comprobar que puede pasar a través de él y descubrir lo que allí ocurre. Ahora bien, me pregunto y les pregunto a ustedes: ¿Qué ve Rayma a través del espejo? Ella diariamente nos sorprende con una caricatura o viñeta, donde nos dice lo que está viendo y viviendo a través de ese gran espejo que es el país. No es fácil sorprendernos continuamente con su visión, es un acto de heroísmo en el más amplio sentido de la heroicidad. Estoy seguro que todos estamos de acuerdo en esto. Hace año y medio Rayma me comentó que estaba pintando unos cuadros y que le gusta ría mucho mi opinión. Por supuesto me sorprendió y me pareció interesante, pero confieso que sentí un pequeño escalofrío. Pasar de las caricaturas a la pintura no es sencillo; todo lo contrario, es caminar por la cuerda floja sin malla protectora y, por supuesto, pensé, ¿y si no me gustan sus pinturas? ¡Qué compromiso! Pues le diré la verdad, o mi verdad, lo que siempre he hecho y por lo cual me he granjeado muchas antipatías. No es fácil. Acordamos una cita y fui a su estudio. Confieso mi enorme sorpresa al consta tar que eran pinturas y, además, estupendas; no tenían nada que ver con las caricaturas, pero mantenían ese espíritu crítico, ácido y veraz de su pensamiento. ¡Qué alivio! ¡Qué grata y maravillosa...

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