La esperanza latina

Xenia Rubinos es otra de las sensaciones musicales que legó el hervidero musical neoyorquino en 2013. Como la idiosincrasia de su concepto artístico es tan compleja, le enchaparon un sinnúmero de artilugios marketineros para poder descifrar su sonido.Desde híbrido entre Björk y Celia Cruz hasta la TuneYards latina son algunos de los calificativos que recibió en cuestión de meses la cantautora estadounidense, tras la edición de su álbum debut, Magic Trix . O también me dicen que les recuerdo a Esperanza Spalding, me contaba la artífice de 28 años de edad, luego de su performance en la primera fecha de conciertos del debutante festival BI ME Bizkaia International Music Experience , organi zado en la ciudad española de Bilbao, en el predio ferial BEC, entre el 19 y el 23 de noviembre.A veces no tiene que ver con la propuesta sonora, sino con lo que ven. Así que agradezco que mi oficio no sea el de describir la música con palabras, pues algunas comparaciones realmente no tienen sentido.Nacida en Connecticut, Estados Unidos, pero de padre cubano y madre puertorriqueña, la originalidad de la música de Xenia pasa por formar parte de una generación de artistas estadounidenses de ascendencia hispana que supo tomar, a partir de una perspectiva moderna y equilibrada, lo mejor de ambos mundos.Si bien soy latina, no soy la artista latina. Soy simplemente artista. Eso es lo que me define, afirma la exponente musical en cuyo hogar, cuando había comilonas familiares durante su infancia, sonaba la Fania y Los Muñequitos de Matanzas, a los que mantuvo en el iPod de la vida, al tiempo que descubría el jazz y se maravillaba con los hits de Mariah Carey.La audiencia que va a ver a Los Amigos Invisibles o a Bomba...

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