Esquipulas, antes y ahora

Ahora se cumplen 25 años de la firma de los acuerdos de paz de Esquipulas, y como es comprensible un hecho de tanta significación no puede pasar inadvertido. Que todos los países de una región opten soberanamente por la paz y la reconciliación no es asunto frecuente en la historia. Y como es un precedente de tan diversas implicaciones merece ser registrado, ponderado y presentado como un legado que los pueblos no pueden perder de vista. En la antigua ciudad guate malteca se reunieron los presidentes de los países de América Central para suscribir unos documentos, pero sobre todo para consagrar la negociación diplomática como alternativa civilizada a los conflictos armados. El 7 de agosto de 1987 se suscribieron los acuerdos de Esquipulas II. No se llegó a los convenios ni a la firma de compromisos multilaterales sin antes recorrer un camino arduo, contradictorio y complejo. Años de guerras y de guerrillas, división y rivalidades entre los países eran el denominador común de la región. Pero sobre todo, las injerencias extranjeras que atizaban los conflictos y estorbaban las negociaciones. Eran los últimos tiempos de la Guerra fría. Estados Unidos por una parte y la Unión Soviética y Cuba por la otra eran los factores de poder que se enfrentaban en América Central, armaban los bandos en disputa y atizaban las guerrillas. Cuando digo que los logros de Esquipulas fueron la culminación de un largo camino, aludo a la más singular experiencia de la diplomacia latinoamericana como fue la iniciativa de los países del Grupo Contadora, respaldados luego por el Grupo de Apoyo. El primero fue...

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