Y estrellas

Un escándalo con ribetes melodramáticos sacude por estos días a Estados Unidos. Las revelaciones han servido para mandar al traste la vida pública de David Petraeus, general de cuatro estrellas, así como para poner en pausa el nombramiento de otro militar, John Allen, al frente de la OTAN. Todo comenzó cuando Jill Kelley, una voluntaria de la base aérea de MacDill, en Tampa Florida, recibió correos s amenazantes que aludían a una supuesta relación suya con Petraeus. La funcionaria se dirigió al FBI, donde se estableció que los mensajes provenían del computador de Paula Broadwell, académica y biógrafa de este general. El FBI halló evidencia no so lo de la relación extramarital de ambos sino de que Broadwell habría accedido al correo personal del oficial y, posiblemente, a...

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