Europa: una catedral precaria

Desde esta semana Europa no es la misma. La pérdida de la solidaridad británica deja coja la unión de una pata: Gran Bretaña ha preferido mirar para otro lado. También se ha puesto de bulto que el consenso del grupo sobre su rumbo ha sido sustituido por un régimen en el cual el futuro lo determinan dos: Francia y Alemania. Fue en París y Berlín donde se dictó la pauta que adoptaría el equipo de 26 27-1 y es allí donde se ejercerá la vigilancia sobre los compromisos aún endebles y con algunas necesidades de aprobaciones internas. También Europa es otra porque la indisolubilidad de la unión ahora es materia de debate diario en cada uno de los socios del club: hasta que el nuevo instrumento que regirá a la unión haya sido rubricado, cada uno de los gobiernos Ây algunos de ellos con procesos electorales cercanos tendrá que negociar, cabildear en su interior, dar explicaciones y hasta pagar altos costos políticos para justificar el relanzamiento del proyecto común en un ambiente de recortes de gastos y de camisas de fuerza para futuros endeudamientos. Europa es otra porque la mone da común ha conseguido generar más solidaridades de las que se habría esperado. En una unión en la que sólo 17 de los 27 habían abrazado la moneda única es lla mativo que quienes se enfrentaron con la actitud irreductible de David Cameron no fueron sólo los componentes de la órbita del euro y que en los nuevos acuerdos sólo se quedó por fuera Londres. En esta nueva Europa minus One, el...

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