Exigen mayor control de cirugías estéticas

La vida de María Eugenia, una valenciana de 36 años de edad, cambió luego del incendio de su apartamento, causado por un cortocircuito en el árbol de Navidad. La mujer, que tenía apenas un año de casada, recuerda que la madrugada en la que se produjo el accidente despertó y vio toda la vivienda en llamas. Debido a la desesperación, saltó desde el tercer piso. Su marido no tuvo tiempo de escapar y murió. Mes y medio después la joven egresó de la terapia intensiva de un hospital con múltiples lesiones y 39 kilos de peso corporal. Las heridas hicieron mella en su autoestima. Acudió a un cirujano plástico que le recomendó hacerse implantes de glúteos a través de inyecciones que resultaron ser biopolímeros. Dos años después terminaron por correr hacia su espalda. Cuando le dije al médico lo que me estaba pasando, se escondió. Cuando al fin dio la cara decidió hacerme una liposucción allí en su consultorio. Todo fue peor. En el momento cedió la inflamación, pero lo que quedaba volvió a migrar. Me operé con otro médico que me dejó un hueco en la espalda, señala. María Eugenia llama la aten ción de las autoridades del Ministerio de Salud para que ejerzan mayores controles sobre las cirugías estéticas en general. Su caso no sólo refleja los daños de los biopolímeros, sino la práctica de tratamientos invasivos como cirugías de abdomen o tórax en sitios no permitidos para ello, como un consultorio médico, de acuerdo con lo establecido en las...

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