El exoesqueleto, autogol de la neurociencia

La muy esperada patada inaugural que daría un joven tetrapléjico el jueves pasado en el inicio del Mundial de Fútbol 2014 no impactó. Juliano Pinto, de 29 años de edad, quien no mueve el tronco ni las piernas, se paró frente al estadio Corinthians, en Sao Paulo, y ante la fanaticada dio un tímido puntapié a un balón. La escena duró menos de 15 segundos y pasó inadvertida en gran parte del estadio.Pinto llevaba sobre su cuer po un exoesqueleto, que no es otra cosa que un traje con sensores informáticos que identifican los movimientos que piensa quien lo usa a través de un electroencefelograma EEG; pesa 70 kilogramos y mide 1,80 metros. El modelo, que emula el sistema nervioso central, fue diseñado por el neurocientífico Miguel Nicolelis, nacido en Brasil y profesor de la Universidad de Duke, en Estados Unidos.Aunque las expectativas so bre lo que pudiera significar este avance eran altas, para muchos científicos los estudios de Nicolelis carecían de novedad el año pasado el proyecto Mindwalker con una tecnología similar había logrado levantar a un joven parapléjico y era más espectáculo que ciencia, pues los estudios que dan base al exoesqueleto no han sido publicados.Ante esas críticas, Nicolelis dio esta respuesta en febrero de 2012: Lo creamos o no en Brasil la gente está hablando de neurociencia cuando hablan del Mundial. Ese es un logro suficiente, que haya jóvenes que se pongan a hablar de ciencia en vez de fútbol.¿Éxito o fracaso...

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