Extravío temporal y fin de mundo

Hace 433 años, al 4 de octubre de 1582 no sucedió el 5, como era de esperarse, si no el 15, de modo que hubo 10 días que no fueron y en los que nada aconteció, pues el pontífice Gregorio XIII, por recomendación de sabios salmantinos que habían detectado desbarajustes en el almanaque juliano, adoptó el calendario que desde su papado rige en casi todo el mundo y conocemos como gregoriano. Esa curiosa y acaso precisa cabriola temporal, durante la cual el mundo, al menos el mundo occidental, dejó de existir viene a cuento porque, para el pasado 23 de septiembre, estaba pautado, ¡otra vez! de acuerdo con oráculos de remota data, que de cuando en cuando salen a flote, y tremebundas interpretaciones de tratados herméticos Nostradamus y textos científicos Newton de los ciberastrólogos y profetas informatizados que congestionaron las redes sociales con sus vaticinios el fin del mundo. Transcurrió la jornada terminal con las grandezas y miserias de costumbre, y los apocalípticos se quedaron con los crespos hechos. Menos mal, porque así pueden explicar en qué fallaron; de haber acertado, nada ni a nadie tendrían que contar. El mundo sigue andando, según el tango, mas no para Yogui Berra a quien, la víspera del fallido mutis planetario, le cantaron el último out.De las hazañas de Lawrence Peter Yogi Berra se ha ocupado con harta erudición y solvente cálamo la crónica deportiva; con análoga competencia se ha abordado lo concerniente a las frases que lo convirtieron en el beisbolista más citado fuera del diamante quizá para caricaturizarlo, aunque los pleonasmos, tautologías y redundancias que se le endilgan pueden igualmente encontrarse camuflados de sabiduría entre la sarta de bolserías contenidas en el Manifiesto Comunista o el Libro Rojo de Mao. Aquí, sin ánimo de oficiar como hermeneutas o exégetas del yogismo, vamos a pasearnos por algunas de ellas.Comencemos, para zanjar el asunto cósmico que hasta aquí nos trajo, por parafrasear una de las más celebradas, aseverando que el mundo no se acaba hasta que se termina It ain’t over `til it’s over .A los que sí parece que su mundo feliz se les viene encima antes de que finalice el partido es a quienes están jugando con el fuego de la excep ción en las zonas fronterizas, no por efectos de una catástrofe natural, que de sí justificaría la emergencia, sino tal cual auguran encuestas y opinadores por un cataclismo electoral contra el que nada podrían la manirrotura oficial ni el previsible reparto de...

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