Fe católica retrocede en Latinoamérica

La reciente visita del papa Benedicto XVI a México y Cuba no sólo sirvió para medir al pontífice como referente moral y espiritual en temas tan sensibles para ambos países como la exigencia de cambio en el sistema socialista de la isla o el ruego para que el pueblo mexicano supere el campante problema de la violencia. Para los intereses de la Iglesia Católica, el principal objetivo en América Latina lo expresó el obispo de Roma, igual que en su primera visita a Brasil, en mayo de 2007: Superar el cansancio de la fe y recuperar la alegría de ser cristianos. Así se refirió hace una sema na Benedicto XVI en una de sus intervenciones en Guanajuato, con palabras de las que se puede inferir, a juicio de expertos, un desgaste de la Iglesia Católica latinoamericana que se ha vuelto evidente por la reducción en el porcentaje de feligreses y en la escasa conquista de nuevos espacios. En México y Brasil, donde el catolicismo sigue siendo el culto con más seguidores, el descenso ha sido claro: en el primer país, el censo de 2010 arrojó que 83% de la población se consideraba de esta confesión, mientras que 10 años atrás el porcentaje se situaba en 88. En la década de los setenta, sin embargo, la cifra era 96%. En el gigante suramericano la tendencia es la misma: la última estimación, hecha en 2009, arrojó 68% frente a 73% en 2003. Más preocupante resulta el desplome en Centroamérica. Un estudio de la Universidad Centroamericana, regida por jesuitas y con sede en El Salvador, registró en 2009 que 50,4% de la población encuestada se consideraba católica en ese país. El patrón se repite en Guatemala y Nicaragua. El Papa aprovechó en Gua najuato para evocar su discurso en el santuario brasileño de Aparecida, en el que dijo que los obispos han sentido con clarividencia la necesidad de confirmar, renovar y revitalizar la novedad del Evangelio. Insistió también en que la misión continental, que ahora se está llevando a cabo diócesis por diócesis en este continente, tiene precisamente el cometido de hacer llegar esta convicción a todos los cristianos y comunidades eclesiales, para que resistan a la tentación de una fe superficial y rutinaria, a veces fragmentaria e incoherente. En el documento que recoge las ideas de la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano y del Caribe realizada en Aparecida, Brasil, en 2207, la Iglesia se propuso la gran tarea de custodiar y alimentar la fe del pueblo de Dios. Se abre paso un nuevo pe ríodo de la historia con desafíos...

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