La fea y el negro

Treinta mil flores recibió la mexicana Julia Pastrana, después de un largo camino de regreso a ca sa. Gladiolos y alhelíes de color blanco para celebrar después de un periplo de siglo y medio que fuera enterrada en las tierras de Sinaloa, donde nació en 1834. Pastrana fue vendida, exhibida por varios países, su cadáver derivó en el sótano de la Universidad de Oslo y finalmente fue enterrado la semana pasada con honores en Sinaloa. No era cualquier habitante mexicano que volvía a la paz de su terruño local. Así lo describe la excelente crónica de la periodista Raquel Seco, publicada en El País. Por años fue conocida como la mujer más fea del mundo, mujer mono e híbrido maravilloso. Padecía una enfermedad: hipertricosis lanuginosa e hiperplasia gingival. Por eso tenía vello excesivo en todo el cuerpo y la mandíbula pronunciada. Poseía voz de mez zosoprano, bailaba muy bien, to caba la guitarra y se desenvolvía con naturalidad en tres idiomas. Esta criatura especial derivó muy rápido en excepción de feria. Cuando tenía 20 años fue vendida a un negociante inescrupuloso mexicano que la hizo recorrer Canadá y Estados Unidos. Actuaba en circos y ferias de pueblo que la anunciaban como el eslabón perdido entre un ser humano y un orangután. Julia Pastrana se casó en Nueva York con un hombre que se convirtió en su agente y comercializó su diferencia. Pastrana falleció en 1860, muy lejos de casa, de gira por territorio ruso, poco después de tener un hijo que heredó su enfermedad y sobrevivió algunas horas. Su viudo incansable exhibió los cadáveres embalsamados de ambos hasta que su cuerpo no aguantó más. El final no podía ser menos sombrío que el resto de su vida. Sus restos pasaron entre manos de comerciantes noruegos. A ellos les robaron el cuerpo del bebé, que finalmente quedó irreconocible. Julia fue adquirida por la Co lección Schreiner del Instituto de Ciencias Médicas Básicas de la Universidad de Oslo, que lo conservó hasta ahora. Durante años quedó engavetado en un sótano burocrático del que por fin lo res cató otra mexicana con una tenacidad de acero. Hagamos una pausa. Breve. Pa ra recordar otro caso que merece una anotación debida. Se trata del célebre Negro de Banyoles, que fue enterrado en el año 2000...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR