Fecha en vilo por debacle jurada

Chávez adelantará las elecciones. Las presidenciales o las regionales, que tocarían juntas en diciembre de 2012, simultaneidad ya aludida como las megaelecciones. La mudanza de la fecha Âque muy probablemente derivará en las fechas, puesto que los comicios podrían ir separados depende de los mil asedios que el autócrata debe sortear para persistir en el poder amarrándose a él con votos. Esto sólo puede lograrse con una manipulación superior a la habitual y mediante la detección del día exacto en que la demagogia y las mentiras resulten en un alza de la popularidad de Chávez; un día que, si en efecto llegara, muy probablemente será la víspera de su desplome definitivo. En otras palabras, el régimen debe prever cuál será la fecha exacta en que recogerá la cosecha de la Misión Vivienda, de los electrodomésticos chinos y de la siembra de terror en la que se afana frente a la alternativa democrática, cuyo galope se ve venir en medio de una polvareda. En fecha tal se fijarán las elecciones presidenciales. Es un reto de formidables dimensiones, porque una diferencia de horas puede ser letal para el Gobierno: su recuperación será la del tísico, un instante antes del desenlace fatal. No puede errar en el cálculo y perder ese instante único. En fin, eso es lo que se oye en los predios políticos. Pero hay un experto que también da por hecho el adelanto de las elecciones... por un motivo diferente. Desde la perspectiva del ingeniero José G. Aguilar, consultor internacional de Riesgos de Sistemas Eléctricos con posgrado en empresas públicas y amplia experiencia en la ejecución de programas de control de pérdidas para empresas multinacionales, el régimen cuenta con información detallada y muy confiable acerca del colapso eléctrico que se avecina. Y pautará los comicios antes de que un apagón envuelva en sombras la determinación continuista de Chávez. La posibilidad de una debacle eléctrica dista mucho de provenir del mal agüero que la oposición proyecta sobre el régimen. Nada de eso. Han sido su propia incapacidad, improvisación y mala fe los que han puesto al país en este delicado trance, del que nadie saldrá bien parado. Según José G. Aguilar, residen ciado fuera del país desde hace 25 años, hasta 1999 se respetó en Venezuela la...

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