En festín ajeno

Como vivo en país prestado, frecuento el reflejo involuntario de segregación de la naturaleza humana. Por ejemplo, hoy en Estados Unidos es el jueves de Acción de Gracias y a mí, como quizás a muchos venezolanos de la reciente diáspora chavista, este paréntesis vacacional al final del mes de noviembre todavía me toma por sorpresa. Aunque la abrumadora mayoría de los venezolanos de Estados Unidos vive en el sur de Florida, donde el origen está más claro, otros nos encontramos dispersos en los destinos erráticos de la contingencia y el azar. Hace un par de años, de visi ta en Nueva York, un amigo nos invitó a cenar a mi esposa y a mí justamente durante la misma fecha. El menú, a contrapelo de los colesteroles de la jornada, fueron vegetales asados, salmón horneado con sal, pimienta y eneldo más un pie de manzana con helado de mantecado, postre que propusimos nosotros. La cena, tan deliciosa como austera, fue despachada con tenues descalificaciones a las ofertas insípidas del ágape tradicional angloamericano. Juntos llegamos a la conclusión de que el pavo es un pájaro insulso, creencia alimentada por experiencias con pavos mal horneados más que por verdad verdadera. Ayer, una enfermera negra ve terana, cuidadora de ancianos a punto de estirar la pata en un edificio de Nueva Orleans lleno de millonarios de la tercera edad, me reveló que el secreto de un pavo tierno y jugoso consiste en hornearlo con la pechuga hacia el fondo de su recipiente, lo que aminora el efecto calcinante del aire y de las resistencias instaladas al ras del techo de los hornos eléctricos, lo que se estila por estas latitudes. Sin embargo, otra amiga expatriada con residencia en Massachusetts, en pleno proceso de transformación en una Masshole cualquiera la gente de Boston y sus suburbios, caracterizada por su premura al volante, nos escribió un correo electróni co colectivo a todos sus amigos expatriados en el norte para enviarnos los buenos deseos correspondientes a la semana de Acción de Gracias. Mi amiga es una persona afectuosa y genuina y su gesto distó mucho de ser una movida...

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