Fieras exóticas

No crea el lector que las únicas fieras exóticas del universo se encuentran en el paralelo del Caribe donde convergen Caracas y La Habana. Aquí las hay y son tan esperpénticas como peligrosas. Hace catorce años que andan por ahí. Para muestra basta la reacción de un diplomático de carrera que toleró sin empachos que el tiramealgo violador de Nicaragua insultara a los venezolanos el pasado 10 de enero. Pero este señor de reacciones teatrales no pudo soportar que el embajador panameño emitiera su opinión sobre el vacío de poder y la ausencia del Presidente de Venezuela. Lo llamó mal pintor y dueño de una chequera infinita lo mandó a destituir. Se sabía que Panamá atrae los dólares de los boliburgueses como la mala suerte. Pero nunca que los defendieran con los dientes. Insisto. Aquí hay fieras exóticas. Pero en otras latitudes también se reproducen. Debe tratarse de una enfermedad que aún la OMS no ha advertido como epidemia. Pero anda cerca. Me refiero para entrar en mate ria a Alejandro Cao de Benós de Lés y Pérez. Parece que se hubiera escapado del Bestiario fantástico de Jorge Luis Borges. No me van a decir que tiene mal nombre este muchacho catalán de 38 años, cachetón, que de niño prefería hablar con sus profesores antes que patear insensatamente una pelota con sus compañeros de escuela. Hoy Alejandro Cao de Benós de Lés y Pérez es el delegado especial del Comité de Relaciones Culturales en el Extranjero de la República Democrática Popular de Corea. Un título que lo honra, por el que es capaz de cantar óperas en Pyongyang en honor del Querido Líder. Alejandro, como lo llamaremos a partir de ahora para ahorrarle tinta al periódico, vive en Vespella de Gaià, pequeñísima localidad de Tarragona. Entre 2.000 almas se refugia este hijo y nieto de la realeza española, algo venida a menos. Primogénito de los barones de Lés, condes de Argelejo y marqueses de Rosalmonte, todos títulos ganados en campos de batalla por sus antepasados. Formaron parte de las avanzadas que con quistaron la isla de Bioko Guinea Ecuatorial y libraron batallas en Francia y Nápoles. Este descendiente de la derecha más rancia española, algo desteñida ya, pero sin duda carca, siempre quiso...

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