El fin del pasado

La jornada electoral del 12-F produjo dos hechos relevantes. El primero fue la respuesta masiva de los electores. Más de 3 millones de votos en unos comicios cuya naturaleza, históricamente, no despiertan ningún interés en la mayoría de la población. El otro, el entusiasmo arrollador que provocó esa noche la candidatura victoriosa de Henrique Capriles Radonski. Ambos fenómenos tienen un origen común: la firmeza de una unidad que los venezolanos han percibido como una renovación radical del tradicional liderazgo político venezolano, agotado hace muchos años y desacreditado por completo después de sus penosas maniobras electoreras de finales del 98. Este debate sobre lo viejo y lo nuevo se inició nada más conocerse el apoyo que decidieron brindarle Acción Democrática y Copei a la candidatura de Pablo Pérez. ¿La aplicación de maquinarias partidistas supuestamente formidables le rendiría a Pérez beneficios electorales suficientes como para compensar el peso muerto que significaba aliarse con esos partidos del pasado? Los resultados de estas elecciones primarias demostraron que el pueblo puede hacer como que olvida, pero recuerda. El daño ocasionado por esa memoria imborrable del pasado quedó demostrado en el hecho de que Pérez sólo derrotó a Capriles en el Zulia, escenario natural de su liderazgo. Esas dichosas maquinarias partidis tas, sobre todo la de AD, sencillamente ya no existen. De ahí la enorme importancia de la alianza Pérez-Capriles, que se forjó la misma noche de las elecciones y que, por supuesto, se corresponde con las nuevas realidades políticas del país. Esta reacción no significa, sin embargo, el renacer triunfal de fuerzas antipartido. Se trata más bien de la configuración de un renovado cuadro de fuerzas políticas. De un lado el Partido Socialista Unido de Venezuela, y del otro Primero Justicia. La votación que generó la candidatura de Capriles en el área metropolitana de Caracas, en Miranda, Lara y Carabobo nos indica que PJ constituye una fuerza partidista capaz de enfrentar y dominar en esas áreas la del chavismo. En el fondo, tenía razón Chávez cuando señalaba que el régimen que él ha pretendido imponer en Venezuela apenas era una etapa de transición. Con estas primarias se ha puesto ese análisis en evidencia. Donde antes reinaba el bipartidismo representado por...

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